(Foto: Reuters)
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Fiscalías de 22 países de la comunidad iberoamericana se han unido esta semana en una campaña para visibilizar la corrupción de funcionarios públicos, desde policías a agentes de inmigración, que favorecen a las redes de trata de personas, sobre todo en casos de explotación sexual de mujeres y niñas.

En víspera del Día Mundial contra la Trata, la FIIAPP -fundación de la cooperación española para la mejora de políticas públicas en el mundo- ha iniciado esta campaña a través del programa EUROSOCIAL+ y la Asociación Iberoamericana de Ministerios Públicos (AIAMP) para subrayar la necesidad de contar con más medios para detectar e investigar a esos funcionarios.

Pueden ser un empleado que falsifica un documento de identidad para hacer pasar a una niña por mayor de edad; un guardia que facilita que los proxenetas y sus víctimas crucen ilegalmente las fronteras; un técnico municipal que otorga una licencia de hostelería a un prostíbulo; un fiscal que avisa a grupos criminales antes de una intervención judicial...

“La trata de niñas y mujeres para ser explotadas sexualmente no sería posible sin la complicidad de empleados públicos que miran a otro lado, posibilitan, facilitan y, a veces, hasta controlan la actividad de los grupos criminales de trata”, explica en un comunicado Sonia González, coordinadora de Gobernanza Democrática del Programa EUROSOCIAL+ en la FIIAPP.

El trabajo conjunto ha puesto de manifiesto la necesidad fortalecer la capacidad de análisis de las fiscalías y de reforzar los mecanismos de denuncia anónima y de protección de denunciantes.

En la AIAMP participan las Fiscalías de Andorra, , Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, Ecuador, El Salvador, España, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, Portugal, República Dominicana, Uruguay y Venezuela.

Según los datos facilitados por la FIIAPP, el 64% de los casos de trata en están vinculados a la explotación sexual, porcentaje que asciende al 81% en Centroamérica.

Y tres de cada cuatro víctimas de trata para la explotación sexual son mujeres y niñas. En todo el mundo, 1.7 millones de ellas son sometidas por estas redes delictivas cada año.