Como el comercio chino continúa siendo castigado por la caída de la actividad en sus principales clientes, con Europa y América del Norte a la cabeza, los expertos no anticipaban una recuperación duradera de las exportaciones. (Foto: Bloomberg)
Como el comercio chino continúa siendo castigado por la caída de la actividad en sus principales clientes, con Europa y América del Norte a la cabeza, los expertos no anticipaban una recuperación duradera de las exportaciones. (Foto: Bloomberg)

Las exportaciones chinas se dispararon contra toda expectativa en julio a pesar de la crisis que afecta a los principales clientes de Pekín, pero las importaciones retrocedieron, lo que genera malos augurios sobre la solidez de la demanda en la segunda economía mundial.

Tras una caída a principios de año a raíz de la epidemia, las ventas del gigante asiático aumentaron 7.2% interanual el mes pasado, según las cifras publicadas este viernes por las aduanas.

Se trata del aumento más fuerte desde diciembre del 2019, cuando las ventas de China aumentaron 7.6%, justo antes de la aparición del nuevo coronavirus en el centro del país.

La cifra de julio es mucho mejor de lo que esperaban los analistas que, consultados por la agencia financiera Bloomberg, apostaban a una contracción de 0.7% de las exportaciones para ese mes. En junio habían aumentado apenas un 0.5%.

Como el comercio chino continúa siendo castigado por la caída de la actividad en sus principales clientes, con Europa y América del Norte a la cabeza, los expertos no anticipaban una recuperación duradera de las exportaciones.

La demanda externa comenzó a recuperarse en junio y en julio. Pero esta reactivación será precaria porque sabemos que han aparecido focos epidémicos en agosto” en varios países, afirma la economista Iris Pang, del banco ING.

Será necesario esperar a saber si hay una vacuna o tratamiento contra el COVID-19 antes de estar seguros de la reactivación”, agrega.

Mascarillas y ordenadores

Los chinos, primeros productores de material médico (como mascarillas) y de oficinas (ordenadores, teléfonos...), se beneficiaron de la epidemia y las medidas de confinamiento decididas en todo el mundo, señala Ting Lu, del banco Nomura.

A través de las ventas en línea, los productores del gigante asiático aprovecharon también la explosión del consumo provocado por los planes de apoyo a la economía adoptados por varios países, estima.

Pero algunos de esos factores podrían desinflarse, especialmente en lo relacionado con los materiales médicos, a medida que los otros países desarrollen su producción nacional.

Primer país afectado por el COVID-19 pero también primero en salir de la epidemia, China experimentó una reactivación de la actividad en el segundo trimestre, con un alza de 3.2% del PIB, según cifras oficiales, tras una caída de 6.8% en los primeros tres meses del año.

Pero sectores enteros de la economía funcionan en cámara lenta, por ejemplo los transportes y el turismo.

Una señal de la persistente debilidad de la demanda interna es que las importaciones retrocedieron 1.4% interanual en julio, según las aduanas. Los expertos esperaban un alza de 0.9%.

Las importaciones pueden haberse desacelerado por la caída de las compras de petróleo, cuyo precio ha aumentado, destaca Iris Pang. China había aprovechado el desplome de precios del crudo a principios de año para aumentar sus reservas.

Con estas cifras de exportaciones e importaciones, el excedente del comercio exterior alcanza US$ 62,300 millones, en fuerte alza respecto de junio (US$ 46,420 millones).

Solo con Estados Unidos, esa cifra, que constituye una manzana de la discordia con el presidente Donald Trump, aumentó hasta US$ 32,450 millones, contra US$ 29,400 millones en junio.

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