En el lugar se “hará una evaluación” de la situación del derrame producido desde la refinería, ubicada en el distrito de Ventanilla, en la provincia del Callao. Foto: El Comercio
En el lugar se “hará una evaluación” de la situación del derrame producido desde la refinería, ubicada en el distrito de Ventanilla, en la provincia del Callao. Foto: El Comercio

El secretario de Estado para Iberoamérica y el Caribe y el Español en el Mundo, Juan Fernández Trigo, llegará este miércoles a Perú para evaluar la situación del derrame de petróleo producido el pasado 15 de enero en las costas de Lima y Callao desde la Refinería La Pampilla (Relapasa) de Repsol.

Fuentes de la embajada de España informaron que Fernández arribará a la capital peruana por la mañana del miércoles y de inmediato visitará Relapasa, que opera , junto con representantes de la empresa, entre ellos su director ejecutivo en Perú, Jaime Fernández-Cuesta.

En el lugar se “hará una evaluación” de la situación del derrame producido desde la refinería, ubicada en el distrito de Ventanilla, en la provincia del Callao.

Además, el secretario de Estado español planea reunirse con altas autoridades del gobierno peruano antes de volver a España durante la tarde del jueves.

Esta será la segunda visita que hará Fernández a Perú desde que en julio pasado asumió el gobierno de Pedro Castillo, ya que en noviembre último se reunió en Lima con el canciller, Óscar Maúrtua; la ministra de Cultura, Gisela Ortiz, y otras autoridades.

El Gobierno peruano anunció que durante esta semana tomará “decisiones firmes” respecto a la situación de Repsol en el país tras evaluar la magnitud del derrame, según dijo el ministro de Comercio Exterior y Turismo, Roberto Sánchez.

Para tomar la decisión, indicó el ministro, será importante el informe que entregará una misión de expertos de las Naciones Unidas que asiste al gobierno en la respuesta al desastre ecológico, que ya ha afectado unos 100 kilómetros de costa, mientras que la mancha de crudo abarca un área aproximada de 11.9 kilómetros cuadrados entre el mar y playas del Callao y Lima.

El pasado viernes, la ONU comentó en Nueva York que “la información preliminar” de su misión en Perú “clasificó este derrame de petróleo como grave, según los estándares internacionales”.

Repsol informó ese mismo día que la cantidad de crudo derramado alcanzó los 10,396 barriles (1.65 millones de litros), una cifra muy superior a los 6,000 barriles que en días anteriores había señalado y levemente menor a los 11,900 barriles (1.9 millones de litros) estimados por las autoridades peruanas.

También el viernes, un juez dictó 18 meses de impedimento de salida del país para cuatro altos funcionarios de Repsol, incluido Fernández-Cuesta, quienes se habían allanado un día antes a ese pedido de la Fiscalía.

Además, el Poder Judicial declaró fundado un requerimiento fiscal de incautación del buque italiano Mare Doricum, la nave que en el momento del accidente estaba descargando casi un millón de barriles procedentes de Brasil para ser procesados en La Pampilla.

La compañía informó este fin de semana que el 35% del petróleo derramado ya ha sido recuperado en labores de limpieza del mar y de las playas, y que para potenciar estas acciones está transportando a Perú más de 200 toneladas adicionales de equipos, que provienen de Estados Unidos, Finlandia, Brasil, Colombia y Emiratos Árabes Unidos (EAU).

La petrolera añadió este lunes que está usando “la tecnología satelital más avanzada y herramientas de inteligencia artificial” para seguir el progreso de las labores de limpieza en mar, en paralelo a las acciones que hace “por tierra, mar y aire” para el control del progreso de las actividades.

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