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España, Estados Unidos, México y Reino Unido son los principales destinos de la cocaína que se incauta en los aeropuertos de Perú, reveló el presidente ejecutivo de la gubernamental Comisión Nacional para el Desarrollo y Vida sin Drogas (Devida), Rubén Vargas.
En su intervención en la vigésimo novena reunión de jefes de los Organismos Nacionales Encargados de Combatir el Tráfico Ilícito de Drogas (Honlea) América Latina y el Caribe, que se celebra en Lima, Vargas manifestó la preocupación del Estado peruano por el incremento de la demanda en los países consumidores.
El jefe de Devida advirtió que el incremento de la demanda ha provocado un aumento de los cultivos ilícitos de hoja de coca, y en Perú preocupa especialmente la proliferación de cocales en sus fronteras con Colombia y Bolivia.
En el Putumayo, el río que separa los territorios de Perú y Colombia, y en la triple frontera con Brasil, Vargas advirtió la presencia de disidentes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
En la frontera con Bolivia preocupa la expansión de cultivos ilícitos de hoja de coca dentro del Parque Nacional Bahuaja Sonene, en la parte amazónica de la sureña región de Puno.
"Son cerca de 6,700 hectáreas las que han sido invadidas por el cultivo ilícito de coca en áreas naturales protegidas de Perú. El Parque Nacional Bahuaja Sonene es el más afectado con 3,340 hectáreas", señaló Vargas.
Otras 3,370 hectáreas de cocales han ocupado territorios de comunidades indígenas, entre ellos espacios donde habitan asháninkas en el Valle de los Ríos Apurímac, Ene y Mantaro (Vraem), kichwa en el Putumayo y tikunas en la triple frontera que Perú comparte con Colombia y Brasil.
Perú es el segundo mayor productor mundial de cocaína, con una estimación de 400 toneladas anuales, de las que cerca del 70% proceden del Vraem, una agreste zona de selva montañosa ubicada en la vertiente oriental de los Andes que abarca parcialmente cuatro regiones (Cusco, Ayacucho, Junín y Huancavelica).
En el Vraem se encuentra casi la mitad de las 50,000 hectáreas de cultivos ilícitos de hoja de coca detectados en todo el país, según el último informe de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC).