España avanza rumbo a una elección el 28 de abril con las divisiones causadas por el intento de separación de Cataluña en el 2017 todavía frescas, y no solo el enfrentamiento entre separatistas y el Estado moldea la campaña.

La propia sociedad catalana está partida al medio, como el Reino Unido con el Brexit, y en el resto del país crece la tensión entre los que apoyan una reconciliación y los duros que exigen al Gobierno central que ejerza su poder.

Por primera vez España tiene cinco partidos de peso, dos de ellos de origen populista.

Estos son los actores clave:

Socialistas
El presidente Pedro Sánchez pasó gran parte de sus nueve meses en el cargo tratando de recomponer las divisiones que generó el intento independentista de Cataluña. Sus oponentes más acérrimos lo tildan de traidor porque necesitó los votos de los separatistas para imponerse en la moción de censura del año pasado.

Tras asumir, Sánchez emitió una serie de decretos sobre cuestiones sociales progresistas y le robó así posibles votantes a su aliado parlamentario de izquierda, Podemos, que se opone a la austeridad. Algunas de esas medidas son un aumento de la licencia por paternidad, el monitoreo de la brecha salarial de género y el nombramiento de una cifra récord de mujeres en su Gabinete.

Podemos
Podemos irrumpió en la política española en 2014, tras la crisis financiera. Sus promesas de desacelerar el ritmo de reducción del déficit, subsidiar el transporte público a los pobres y aumentar los impuestos a los ricos fueron populares entre votantes desgastados por el elevado desempleo y los recortes de gastos. Algunas de las nuevas propuestas del partido son una semana laboral de un máximo de 35 horas y la asistencia económica a las víctimas de la violencia de género.

El partido apoyó el derecho de Cataluña a realizar un referéndum sobre la independencia, pero dijo que la votación no sería vinculante. Su líder, Pablo Iglesias, enfureció a los partidos de derecha el año pasado al reunirse con los líderes separatistas encarcelados.

Ciudadanos
El partido nacido en Cataluña tiene por razón de ser enfrentar a los separatistas. Se popularizó al exigir medidas más duras para contener la revuelta cuando el entonces presidente Mariano Rajoy vacilaba.

En cuestiones sociales, sus políticas no divergen mucho de las socialistas. El partido propone libros escolares gratuitos, más financiamiento y becas estudiantiles para las universidades, aumentar gradualmente la duración de la licencia por paternidad y combatir la violencia de género.

Partido Popular
Rajoy fue blanco de las críticas de todo el espectro político conforme intentaba la insurrección catalana tras la organización de un referéndum ilegal. Terminó por invocar poderes de emergencia para gobernar la región desde Madrid. Pablo Casado, hoy al timón del partido, promete suspender la autonomía de Cataluña.

El PP es desde hace tiempo el bastión de los valores conservadores y católicos en España. Amenazado por el auge de Vox, Casado trata de competir proclamándose en contra del aborto y la inmigración, al tiempo que intenta conservar el apoyo de las empresas con promesas de recortes de impuestos.

Vox
Vox, el nuevo partido, se popularizó en las elecciones regionales de Andalucía en diciembre al adoptar la posición más dura respecto de la independencia de Cataluña.

En cuestiones sociales, Vox quiere derogar una ley del 2004 contra la violencia de género porque sostiene que discrimina a los hombres. También busca prohibir el uso del sistema de salud pública para practicar abortos y cirugías de cambio de sexo y deportaría a los inmigrantes ilegales y a aquellos que tengan documentación pero que cometan delitos graves.