Los empresarios argentinos ya se han resignado al hecho de que su candidato preferido va a perder las elecciones presidenciales. Ahora se centran en conocer el plan del próximo gobierno para salvar la economía.
Esa era la postura de casi 1,000 banqueros, ejecutivos, académicos y analistas que se reunieron en la ciudad costera de Mar del Plata la semana pasada para la conferencia anual IDEA. Ahora que la conmoción inicial de la aplastante derrota del presidente Mauricio Macri en las elecciones primarias en agosto se ha desvanecido, los empresarios están desesperados por saber cómo planea el peronista Alberto Fernández controlar la inflación, impulsar el crecimiento, fomentar la inversión y fijar impuestos.
El nerviosismo es comprensible. A medida que se acercan las elecciones del 27 de octubre, la economía se encuentra en una profunda recesión, el peso ha caído un 35% desde principios de año, se han vuelto a introducir controles de capital y parece que los tenedores de bonos se encaminan a una reestructuración. Más que detalles del plan para aplazar los vencimientos de la deuda, lo que las empresas argentinas quieren saber es si alguien tiene un plan creíble para cambiar las cosas.
"Argentina necesita primero un plan económico", dijo Julio Figueroa, responsable de las operaciones de Citigroup Inc. para Argentina, a periodistas en el evento. "No se necesita un plan mágico, solo uno realista".
El ánimo en Mar del Plata parecía reverberar a casi 9,000 kilómetros de distancia, en Washington, donde la directora del Fondo Monetario Internacional, Kristalina Georgieva, dijo el jueves que las conversaciones sobre la línea de crédito de Argentina continuarían cuando se conozca el marco político del nuevo gobierno.
"Estaremos muy interesados en verlo", dijo Georgieva, y agregó que el FMI está "totalmente comprometido a trabajar con Argentina y asegurarse de que pueda haber mejoras de política".
En Mar del Plata, los asistentes a la conferencia se sintieron decepcionados ya que no pudieron conocer adelantos del propio Fernández. La agenda tenía anotada la asistencia del candidato como "por confirmar", pero al final no acudió. Macri habló por videoconferencia y aseguró a la audiencia que su campaña aún no había terminado. El gobernante quedó por detrás de Fernández con 16 puntos porcentuales de diferencia en las primarias.
Los datos publicados en la conferencia no levantaron el ánimo exactamente. En una encuesta a 240 líderes empresariales presentada por la consultora D’Alessio IROL, realizada en octubre después de las primarias, solo el 34% de las compañías espera aumentar sus ventas en los próximos 12 meses, frente al 70% en julio.
La perspectiva era tan deprimente que los asistentes se congregaban en el bar. Entre cócteles y tapas, los ejecutivos intercambiaban chismes sobre la posible composición del gabinete de Fernández y cómo podría afectar la política.
Marcos Galperin, responsable ejecutivo del minorista digital y procesador de pagos MercadoLibre Inc., no logra imaginar cómo iba a pagar Fernández todo el gasto social que prometió en campaña.
“No hay manera de que 6 millones de trabajadores formales generen recursos para 15 millones de pobres”, dijo.