:quality(75)/cloudfront-us-east-1.images.arcpublishing.com/elcomercio/QYNCLQOCLFDCFD6SYG3CI2QLZA.jpg)
La victoria de un banquero en las elecciones presidenciales de Ecuador hizo que la deuda en dólares de la nación, tildada de incumplidor en serie, sea mucho menos riesgosa. La pregunta es si se mantendrá así.
Los bonos recientemente reestructurados salieron del territorio “en dificultades” después de que Guillermo Lasso fue elegido presidente el domingo, impulsados por el optimismo de los inversionistas de que el nuevo Gobierno apuntalará la economía y mantendrá las medidas de austeridad fiscal necesarias para un programa con el Fondo Monetario Internacional. El problema es que se enfrentará a un Congreso fragmentado, lo que podría hacer que gobernar sea un desafío.
El rendimiento adicional que piden los inversionistas para mantener deuda ecuatoriana se redujo el miércoles a 850 puntos básicos sobre los bonos del Tesoro de Estados Unidos, respecto de 1,169 puntos básicos antes de la segunda vuelta electoral, según datos de JPMorgan Chase & Co.
La variación saca a la nación del territorio en dificultades, que generalmente se reserva para la deuda soberana que se negocia con rendimientos promedio de más de 1,000 puntos básicos sobre los instrumentos del Tesoro.
“Lasso claramente es un paso en la dirección correcta, tanto para Ecuador como para su relación con los mercados de deuda”, dijo Victoria Faynbloch, estratega de TPCG Valores, que recomendó el lunes sobreponderar los bonos de Ecuador. “Pero hemos visto esa historia muchas veces, como en Argentina con Macri. Alejarse del populismo y reconstruir los macrobalances es un negocio costoso y difícil”.
El expresidente argentino Mauricio Macri asumió el cargo con la promesa de devolver el país a los mercados de deuda externa y poner fin a los controles de capital, pero al final de su presidencia, la volatilidad había provocado una crisis monetaria que llevó a la elección del izquierdista Alberto Fernández.
Faynbloch espera que los bonos de Ecuador se estabilicen por ahora, mientas los inversionistas evalúan qué tanto de la agenda del presidente electo Lasso se convierte en ley, considerando los posibles obstáculos que tendrá que sortear para obtener apoyo en el Congreso. Aun así, los bonos “ciertamente no” volverán a caer donde estaban antes de la votación, dijo.
La victoria de Lasso representa un momento crucial para el país, a solo meses de su undécimo default, o reestructuración de deuda, en menos de 200 años de independencia. El banquero derrotó al economista Andrés Arauz, un izquierdista protegido del expresidente Rafael Correa, lo que tranquilizó a los inversionistas que pensaban que su oponente probablemente llevaría una vez más al país a la insolvencia.
Los bonos de Ecuador con vencimiento en el 2030 lideraron el repunte tras la elección de Lasso, acumulando un alza de 18 centavos a 78 centavos por dólar desde el cierre del viernes pasado, el nivel más alto desde que las notas fueron reestructuradas el año pasado. Los bonos del 2035 subieron casi 15 centavos, mientras que los valores con vencimiento en 2040 avanzaron 11 centavos.
“No recuerdo que algo haya subido 30% en un día, y he estado haciendo esto durante un cuarto de siglo”, dijo Edwin Gutiérrez, jefe de deuda soberana de mercados emergentes de Aberdeen Asset Management Plc en Londres. “Parece un precio para la perfección aquí”.
El partido de Lasso y su aliado solo tienen 31 escaños en el Congreso, mucho menos de lo necesario para una mayoría simple de 70 escaños. Esto será especialmente importante para los mercados, ya que la agenda del presidente podría incluir reformas impopulares apoyadas por el FMI, escribieron en una nota las analistas de Eurasia Group Risa Grais-Targow y Laura Duarte.
“La victoria de Lasso es un buen augurio para los inversionistas, dadas sus preferencias de política ortodoxa y su deseo de seguir trabajando con el FMI”, escribieron. “Sin embargo, Lasso enfrentará inmensos desafíos de gobernabilidad”.
Próximas medidas
Lasso prometió presentar una reforma fiscal la noche de la toma de posesión el 24 de mayo con el objetivo de eliminar un impuesto del 2% sobre las ventas de pequeñas empresas, suprimir gradualmente un gravamen del 5% a la salida de divisas y luchar contra la evasión fiscal, particularmente en el sector empresarial en el que hizo carrera como ejecutivo bancario.
Los inversionistas también seguirán de cerca las reuniones entre el nuevo Gobierno y los funcionarios de la actual Administración del presidente Lenín Moreno para discutir la transición.
La reforma del banco central también será una “prueba de fuego” clave para la capacidad de formar alianzas políticas y pondría las negociaciones con el FMI en buen camino, según Siobhan Morden, jefa de estrategia de renta fija para América Latina de Amherst Pierpont.
“Hay un sesgo por los titulares positivos sobre las relaciones con el FMI y la Asamblea y algo de espacio para respirar”, ya que hay pocos pagos de bonos en el corto plazo, escribió la estratega en una nota el martes.