El diseño de las mascarillas permite respirar con normalidad, por lo que es falso que causen daños neuronales. (Foto: Pixabay)
El diseño de las mascarillas permite respirar con normalidad, por lo que es falso que causen daños neuronales. (Foto: Pixabay)

El uso de las mascarillas no causa daños neuronales ni enfermedades neurodegenerativas como afirman mensajes en redes sociales basados en las declaraciones de una médica alemana que ejerce en el Reino Unido, publicaciones que son desmentidas por los expertos.

EFE Verifica ha recibido una consulta en su canal de WhatsApp sobre un artículo que asegura que el uso de la mascarilla, muy extendido como medida de protección frente al COVID-19, causa enfermedades neurodegenerativas por la falta de oxígeno que estas producen.

El contenido se basa en unas declaraciones de la doctora alemana Margareta Griesz-Brisson, quien en un vídeo sostiene que las mascarillas provocan que se reinhale el aire respirado y privan al cerebro de oxígeno, lo que causa una degeneración progresiva de dicho órgano y una pérdida de células nerviosas que “nunca se volverán a regenerar”.

Asimismo, Griesz-Brisson tacha de crimen su uso por parte de niños y adolescentes, ya que la falta de oxígeno “inhibe el desarrollo del cerebro y el daño resultante no puede ser reparado”.

Estos mensajes han sido compartidos en español, inglés, alemán y francés.

Hechos: Las mascarillas no producen falta de oxígeno ni ocasionan enfermedades neurodegenerativas ni tampoco afectan al desarrollo de niños y adolescentes, como confirman los expertos consultados por EFE.

Es cierto que el cerebro necesita “un suministro constante de oxígeno para funcionar” y que la falta del mismo puede provocar daños en este órgano, sin embargo, las mascarillas no producen este efecto, explica Pablo Eguía, vocal de la Sociedad Española de Neurología.

“El tejido del que están compuestas las mascarillas solo filtra partículas, no filtra gases. Y el oxígeno, al igual que el dióxido de carbono, son gases, por lo que circulan a través del tejido”, señala Eguía.

Del mismo modo, remarca que ninguna mascarilla es “capaz de crear una cámara estanca y siempre habrá huecos (por los laterales, por abajo, por arriba) donde estos gases también se liberan”.

Por su parte, Juan Antonio Sanz Salanova, portavoz de la Sociedad Española de Medicina Preventiva, Salud Pública e Higiene (SEMPSPH), apunta que en el proceso de fabricación las mascarillas son “sometidas a rigurosos test” para analizar su “respirabilidad”.

Con el fin de evaluar la capacidad de respirar con estos elementos de protección sanitaria, la Universidad de San Diego llevó a cabo un experimento en el que medía la saturación de oxígeno en una persona con siete mascarillas quirúrgicas colocadas a la vez. Con un pulsioxímetro, los investigadores comprobaron que los niveles de oxígeno en sangre no variaban.

No causan enfermedades neurodegenerativas

Ambos expertos coinciden en que el uso frecuente de este producto sanitario no puede derivar en el desarrollo de enfermedades neurodegenerativas.

“Las mascarillas no causan enfermedades neurodegenerativas, ni demencias”, sostiene este neurólogo, quien indica que tampoco detienen “el desarrollo cognitivo de los niños o de los adolescentes”, como afirma Griesz-Brissona en el citado vídeo.

“Eso es rigurosamente mentira”, zanja por su parte Sanz, para quien la credibilidad de esta médica “es escasa”.

Asimismo, el hecho de que multitud de profesionales empleen mascarillas desde hace muchos años y durante periodos prolongados sin que se haya constatado ningún riesgo prueba también la seguridad de estos productos, señala Eguía.

“En el caso de que las mascarillas tuvieran algún tipo de efecto negativo, de cualquier tipo, sus efectos serían ya conocidos y se habría prohibido su uso”, incide.

Una médica difusora de falsedades

Griesz-Brisson está registrada como facultativa y neuróloga en el Consejo Médico General de Reino Unido. Además, según la información disponible en su propia web, está especializada en el campo de la neurofisiología.

Es también fundadora y directora de la clínica London Neurology & Pain, en la capital británica. En la web se indica que el centro “no trabaja con farmacoterapia”.

Dicha clínica no está registrada como empresa en el Care Quality Comission (CQC), organismo regulador de los servicios sanitarios del Reino Unido en el que deben constar los proveedores de servicios médicos que operen en el país, informa el medio de comunicación alemán Correctiv, miembro de la Red Internacional de Verificación (IFCN, por sus siglas en inglés), a la que también pertenece EFE Verifica.

Griesz-Brisson ha sido desmentida en repetidas ocasiones por verificadores alemanes por difundir falsedades sobre el coronavirus. En su canal de Telegram comparte diariamente mensajes contra las restricciones por la pandemia.

En resumen, el diseño de las mascarillas permite respirar con normalidad, por lo que es falso que causen daños neuronales o enfermedades neurodegenerativas por la falta de oxígeno.