Las empresas tecnológicas de Ucrania, cuyas actividades son por su naturaleza desmaterializadas, no se han visto afectadas por la destrucción de puentes, carreteras o por el bloqueo de los puertos. (Foto Referencial | Foto: iStock)
Las empresas tecnológicas de Ucrania, cuyas actividades son por su naturaleza desmaterializadas, no se han visto afectadas por la destrucción de puentes, carreteras o por el bloqueo de los puertos. (Foto Referencial | Foto: iStock)

El “start-up depot building” de Leópolis (Lviv), en el oeste de , tiene un cierto aire de Silicon Valley, con sus jóvenes empleados que trabajan en tumbonas en medio del jardín y sus ordenadores posados en sus rodillas.

Pero el ambiente es distinto en el interior, donde hay que zigzaguear entre montones de chalecos antibala y cajas de cartón repletas de cascos, listos para ser enviados al frente.

Desde la ofensiva rusa, el sector ucraniano de altas tecnologías debió adaptarse, para convertirse en uno de los pulmones económicos del país y uno de los principales apoyos al esfuerzo bélico.

“La mayoría de las empresas tecnológicas había desarrollado planes de emergencia” antes del inicio de la invasión el 24 de febrero, explica Stepan Veselovskii, presidente del sindicato profesional IT Cluster Lviv, que tiene sus oficinas en este edificio.

Algunos servidores habían sido transferidos a zonas seguras y los sistemas de salvaguardia al extranjero, explica en un inglés fluido.

Cuando empezaron los bombardeos, las empresas cerraron sus oficinas de Kiev o Járkov, al este, y sus ingenieros se refugiaron en Polonia, Hungría, o en el oeste del país, menos afectado por la guerra.

“Antes de la guerra, teníamos ya 500 empresas tecnológicas en torno a Lviv, ahora representamos el 80% del sector”, dice Veselovskii, un treintañero.

La compañía Infopulse, que proporciona servicios informáticos a clientes principalmente europeos, ha traído a 300 de sus 2,300 empleados a Leópolis, donde tiene oficinas en uno de los escasos edificios de la ciudad que tiene un búnker.

Ahí, ha instalado camas superpuestas y una red wifi para poder seguir trabajando bajo las bombas.

La empresa también ha invertido en generadores, en el caso de que los rusos ataquen centrales eléctricas, y adoptado medidas en el caso de que el servicio internet fuera cortado.

“Incluso en las condiciones más drásticas, se puede seguir funcionando” indica su responsable regional Ivan Korzhov.

Más clientes, más empleos

Desde el inicio de la guerra Infopulse ha ganado cuatro nuevos clientes. En abril, creó 25 nuevos empleos en Ucrania.

Y no es la única empresa. Según Veselovskii, el mes de febrero fue el mejor históricamente en términos de ingresos para el sector tecnológico ucraniano y sus cerca de 200,000 empleados.

“Hubo un ligero freno en marzo, pero somos optimistas pues la guerra no nos impide crecer”, a diferencia de la industria siderúrgica y la agricultura, cuyas exportaciones se han hundido, asegura.

Las empresas tecnológicas, cuyas actividades son por su naturaleza desmaterializadas, no se han visto afectadas por la destrucción de puentes, carreteras o por el bloqueo de los puertos. Incluso, según él, han ganado más de US$ 2,000 millones desde el inicio del año, y se han convertido en el primer exportador del país.

“Es algo positivo para Ucrania, ya que generamos ingresos en dólares cada mes, algo que el país necesita” destaca Korzhov. “Pagamos impuestos, y damos muchos dinero” a las autoridades, asegura.

De hecho, el IT Cluster Lviv ya ha entregado dos millones de dólares para comprar material destinado a los soldados ucranianos. Por eso sus oficinas se asemejan a una sucursal del ejército.

El sector también ofrece sus cerebros para ayudar a los militares.

La empresa Softserve, una de las mayores del país, ha puesto al día, de forma gratuita, uno de los sitios militares de internet.

Por su lado IT Cluster Lviv ha modernizado uno de sus centros de mando, e Infopulse y otras empresas del sector dejan que sus empleados cooperen con el ejército en el ámbito de la tecnología.

“Es un proyecto de los ministerios del Ejército y de la Transformación Digital, en el que trabajan especialistas de la tecnología y la ciberseguridad con el gobierno, en el frente de la información”, explica Korzhov, que hace suyo el eslógan de moda en el país: “No esperamos la paz, sino la victoria”.

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