Navalni denuncia que hace un mes que la administración de la cárcel, que comparó con un “campo de concentración”, ignora su petición de ser tratado por un especialista de su confianza de “un agudo dolor en la espalda”. (Foto: AFP).
Navalni denuncia que hace un mes que la administración de la cárcel, que comparó con un “campo de concentración”, ignora su petición de ser tratado por un especialista de su confianza de “un agudo dolor en la espalda”. (Foto: AFP).

El repentino deterioro de la salud del líder opositor ruso, , que ingresó hace dos semanas en una prisión famosa por las denuncias de abusos y torturas, ha levantado todas las alarmas entre su familia y sus correligionarios, que temen por su vida y han demandado su inmediata liberación.

“Una vez (el oligarca) Mijaíl Jodorkovski, que estuvo 10 años en prisión, me dijo que lo importante allí es no enfermar. Nadie te va a curar. Si enfermas gravemente, morirás”, afirmó hoy en un mensaje que su equipo ha colgado en la red social Instagram.

A la vista de que Navalni estuvo en coma tras ser envenenado en agosto del 2020 con el agente químico Novichok -por orden del Kremlin, según el político y Occidente-, sus aliados no quieren correr riesgos y exigen que sea examinado por especialistas independientes.

Dolor de espalda

Los abogados dieron la voz de alarma esta semana, cuando la administración del centro penitenciario número 2 de la región de Vladímir, donde el opositor cumplirá dos años y medio de condena, les denegó el acceso a su cliente, una decisión que les hizo temer lo peor.

Navalni, que se encuentra en dicha prisión a las afueras de Moscú desde el 11 de marzo, aunque ha estado entre rejas desde que regresara de Alemania a mediados de enero, puso fin a la situación con una incendiaria declaración dirigida al Servicio Penitenciario Federal (SPF) y a la Fiscalía.

“Considero que el empeoramiento de mi estado de salud es una consecuencia directa de la acción e inacción de los funcionarios de los servicios penitenciarios destinada deliberadamente a negarme la debida asistencia médica y minar mi salud”, afirmó.

En su apelación, Navalni denuncia que hace un mes que la administración de la cárcel, que comparó con un “campo de concentración”, ignora su petición de ser tratado por un especialista de su confianza de “un agudo dolor en la espalda”.

“A día de hoy mi estado de salud ha empeorado, el dolor agudo se ha extendido a mi pierna derecha, he perdido sensibilidad en la zona del gemelo. Ya tengo dificultades para andar”, dijo Navalni en una declaración difundida por sus abogados.

Aseguró que fue examinado por un neurólogo, que le recetó únicamente dos pastillas diarias de ibuprofeno y crema para el dolor.

El opositor asegura que no quiere “privilegios” ni un “tratamiento exclusivo” en forma de mejor comida o más citas con familiares y abogados, sino “asistencia médica”, lo que es “un derecho de cada preso”.

La portavoz de Exteriores de la Unión Europea (UE) Nabila Massrali alertó hoy sobre las “preocupantes informaciones de que la salud de Navalni se ha deteriorado en prisión”.

“Las autoridades rusas deben dar a Navalni acceso a cuidados médicos. La UE continúa pidiendo su inmediata e incondicional liberación y una plena investigación sobre su envenenamiento”, señaló en un tuit.

Esposa de Navalni pide a Putin que lo libere

La esposa del opositor, Yulia Naválnaya, ha exigido al presidente ruso, Vladímir Putin, que libere “inmediatamente” a su marido, al que dice metió “ilegalmente” en la cárcel.

“Lo metió porque teme la competencia política y quiere estar sentado en el trono hasta el final de su vida”, escribió Naválnaya en su cuenta de Instagram. “Esto debe terminar de inmediato”, aseveró.

Después de que los servicios penitenciarios aseguraran de que el estado de Navalni es “estable, satisfactorio”, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, negó hoy que fuera la “función” de la Presidencia seguir de cerca el estado de salud de su principal enemigo y consideró que la petición de Naválnaya debe dirigirse al SPF.

Peskov consideró que las medidas de disciplina en el sistema carcelario de otros países son más crueles e inhumanas que en Rusia, aunque son miles las denuncias anuales de abusos, torturas y asesinatos en las cárceles de este país.

Además, negó cualquier similitud entre Navalni y el sonado caso del abogado que denunció la corrupción policial Serguéi Magnitski, que murió en prisión preventiva en el 2009 tras ser torturado y no recibir tratamiento médico.

Tortura por privación de sueño

Navalni también ha denunciado que está siendo víctima de “medidas de tortura” al impedirle conciliar el sueño por las noches.

Sin motivo legal, las autoridades penitenciarias le impusieron seis meses de supervisión especial, aduciendo que se trata de un preso que tiene “propensión a fugarse”.

Aunque está bajo permanente control por las cámaras de seguridad, un carcelero le despierta “cada hora”, le graba con la cámara y le comunica “en voz alta” que es objeto de una especial vigilancia.

“Me despierta cada hora. Me impiden dormir, es decir, prácticamente me torturan por privación de sueño”, ha afirmado.

En su opinión, la imposibilidad de descansar propiamente ha agudizado el “pinzamiento del nervio” que le causa el dolor de espalda.

Pese a no poder dormir, Navalni asegura que incluso fue amonestado por levantarse “diez minutos antes”, lo que pone en peligro la futura concesión de la libertad condicional.

Por todo ello, en sus apelaciones demanda una investigación formal del comportamiento de los funcionarios de prisiones y que se dejen de adoptar “medidas de tortura”.

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