Tras meses de relativa estabilidad, el estado de Amazonas revive ahora uno de sus momentos más críticos, principalmente en Manaos, donde las filas en los hospitales crecen día a día con la propagación de la enfermedad tras las fiestas de fin de año, las cuales provocaron aglomeraciones en gran parte del país. (Foto: Reuters)
Tras meses de relativa estabilidad, el estado de Amazonas revive ahora uno de sus momentos más críticos, principalmente en Manaos, donde las filas en los hospitales crecen día a día con la propagación de la enfermedad tras las fiestas de fin de año, las cuales provocaron aglomeraciones en gran parte del país. (Foto: Reuters)

Casi un año después de sumergirse en el caos, el colapso sanitario vuelve a atormentar al estado brasileño de Amazonas, donde el alarmante aumento de ingresos porha obligado a la paralización de los servicios no esenciales durante quince días.

La capital de Amazonas, Manaos, fue la primera de en sentir las graves consecuencias de la pandemia el pasado mes de abril, cuando los hospitales llegaron a su límite y los cementerios se vieron desbordados ante el creciente aumento de muertes por coronavirus.

Tras meses de relativa estabilidad, el estado de Amazonas revive ahora uno de sus momentos más críticos, principalmente en Manaos, donde las filas en los hospitales crecen día a día con la propagación de la enfermedad tras las fiestas de fin de año, las cuales provocaron aglomeraciones en gran parte del país.

Nuevo récord de ingresos

Con la relajación de las medidas de distanciamiento social por parte de la población, el estado amazónico registró la víspera un nuevo récord de ingresos por , una enfermedad que deja ya cerca de 200,000 muertos y 7.7 millones de casos en todo Brasil, uno de los países del mundo más afectados por la pandemia y que todavía no ha definido la fecha exacta de la vacunación pese a la gravedad de la situación.

Tan solo en el estado de Amazonas el virus ha segado la vida de más de 5,300 personas, 23 de ellas en las últimas 24 horas, y ha provocado 203,000 contagios acumulados hasta el momento.

“Hasta el comienzo de diciembre teníamos entre 30 y 50 ingresos diarios por covid, pero ahora hemos registrado 170 ingresos en 24 horas. El número total de ingresados es peor que en los primeros meses del año pasado”, explicó a Efe el médico infectólogo de la Fundación de Medicina Tropical de Amazonas, André Patricio.

Además de los casos de coronavirus, a la presión hospitalaria se suman ahora otros factores, como las enfermedades respiratorias, la malaria y el dengue, dolencias que proliferan durante la temporada de lluvias que comenzó recientemente en Amazonas.

“Estamos presionados por el COVID y por otras causas y estamos al límite de nuestra capacidad instalada”, advirtió en declaraciones a Efe el secretario de Salud de Amazonas, Marcellus Campêlo.

El Gobierno regional ha determinado una ampliación de camas en los hospitales para hacer frente a la creciente demanda hospitalaria, la cual podría aumentar todavía más en las próximas semanas, para cuando se prevé un incremento de los casos tras las fiestas navideñas.

“El sistema de salud brasileño siempre estuvo en colapso, pero el COVID lo empeoró. En este momento prácticamente todos los hospitales públicos y privados están sin camas”, alertó Patricio, quien subrayó el cansancio de los profesionales de salud tras casi un año de batalla sin tregua contra la covid-19.

Cuarentena de 15 días para frenar el virus

La preocupante situación de estado llevó al Gobierno a acatar esta semana una decisión judicial que prevé la paralización de todas las actividades no esenciales del estado durante un periodo de quince días.

El gobernador Wilson Lima había decretado a finales de diciembre el cierre de actividades como el funcionamiento de bares, restaurantes, centros comerciales y tiendas, lo que provocó todavía más aglomeraciones en las calles con comerciantes y clientes protestando por la decisión.

Con la presión popular, Lima derogó la ley y las actividades continuaron, lo que generó la reacción del Ministerio Público para solicitar la cuarentena obligatoria ante la Justicia.

Tras la decisión judicial, los comercios y los bares amanecieron con las persianas bajadas en las calles de Manaos, donde la policía reforzó este martes los controles y colocó gradas para impedir el paso de vehículos y peatones, según constató Efe.

“Necesitamos la paralización de las actividades para conseguir administrar la situación de los hospitales y dejar camas libres para la covid-19”, explicó el secretario.

Disminución de letalidad

Pese a la gravedad de la situación en los hospitales, la letalidad del coronavirus es cuatro veces más baja que durante la primera ola de la enfermedad en Amazonas, la cual provocó una explosión de entierros que obligó a abrir fosas comunes en el principal cementerio de Manaos.

De acuerdo con Patricio, en los meses de abril y mayo llegaron a registrarse una media de 70-80 muertes diarias por coronavirus, mientras que actualmente la media es de 15-20 decesos por día.

“El número de muertes ahora es menor. Eso es un reflejo de lo aprendido durante la primera ola. Los médicos de las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) tienen más experiencia y eso ha tenido un impacto muy positivo en el número de muertes”, subrayó.