FED. (Foto: Bloomberg)
FED. (Foto: Bloomberg)

En unas dos semanas, al menos 9 millones de estadounidenses corren el riesgo de perder los subsidios de que han ayudado a mantenerlos a través de la .

Los retrasos en el pago de los alquileres, estimados en unos US$ 70,000 millones repartidos entre unas 11 millones de familias, comenzarán a aparecer.

Parece una herida abierta, y aun así hasta setiembre las familias estadounidenses habían dispuesto de cantidades récord de dinero en efectivo; las quiebras han disminuido fuera de las grandes corporaciones, los inversores del mercado crediticio ven pocas señales graves y una próxima vacuna puede impulsar la economía.

Cuando la se reúna esta semana, los responsables de política monetaria tendrán que reconciliar las narrativas en contradicción para hacer nuevas proyecciones sobre si creen que la economía sufrirá una doble recesión o está en la antesala de una expansión impulsada por las vacunas.

La tasa de desempleo ha bajado rápido y el crecimiento hasta septiembre fue más firme de lo que los funcionarios de la Fed habían proyectado a principios de este año. Sin embargo, el crecimiento del empleo se ha ralentizado recientemente y el aumento sin precedentes de la pandemia ha despertado el temor a que se produzcan más cierres y quiebras de empresas.

Mientras tanto, también están venciendo las primeras medidas de ayuda como la moratoria de los desalojos por impago de alquileres, y “las notificaciones de desalojo se están acumulando”, escribió el economista jefe de Mark Zandi, quien tiene una visión “dickensiana” de lo que puede ocurrir a menos que llegue más ayuda del gobierno.

“Los desalojos masivos en pleno invierno y durante una pandemia feroz serán insoportables”, escribió Zandi, y dejarán a la economía coja mientras llega la vacuna en lugar de que aguante hasta que llegue la primavera.

Guía de estímulo cuantitativo

Podría parecer el momento para tomar medidas. Sin embargo, el Congreso sigue estancado sobre cuánto más debe gastar el gobierno federal, y la mayoría de los analistas esperan que en esta reunión la Fed hable mucho pero haga poco.

Sólo una quinta parte de los 43 economistas en una reciente encuesta de Reuters creen que el banco central aumentará el estímulo económico cuando se reúna entre martes y miércoles.

Se espera que los responsables de la política monetaria enuncien las condiciones en las que podrían comprar más bonos cada mes o a modificar su patrón de compras.

Igual de importante es que entreguen una orientación sobre lo que podría llevar a una eventual disminución de los US$ 120,000 millones mensuales de compras de activos que se están acumulando actualmente.

Pero pocos esperan que la Fed amplíe la “flexibilización cuantitativa” ahora, a pesar de los riesgos que aparecen en el panorama.

Con las tasas de interés ya en cero, la compra de bonos es la principal palanca para influir en las condiciones financieras, en particular los tipos que los hogares pagan para comprar casas y otros artículos de gran valor.

Éstos ya son muy bajos, y algunos sostienen que es poco probable que la Fed haga más, salvo que se demuestre que el costo de los créditos está subiendo por sí solo y que amenaza con ralentizar la economía.

Los funcionarios de la Fed “aparentemente tienen poco interés en cambios inmediatos”, escribió el economista principal de Capital Economics, Andrew Hunter, señalando que los datos recientes se han mantenido “razonablemente bien”.

“A pesar de la atención que se presta a los riesgos de corto plazo para la economía, los funcionarios de la Fed también se han sentido claramente aliviados por las recientes noticias sobre las vacunas”.

Disonancia cognitiva cada día

Sin embargo, el crecimiento del empleo el mes pasado fue aproximadamente la mitad de lo que se esperaba, y un nuevo aumento de las solicitudes de subsidio por desempleo muestra que el sufrimiento persiste. Sólo se han recuperado alrededor de la mitad de los puestos de trabajo perdidos a principios de la pandemia.

La posición de la Fed contrasta en cierta medida con la del Banco Central Europeo, que recientemente amplió el estímulo a la luz de la nueva oleada del coronavirus.

De hecho, la Reserva Federal, sin tener la culpa, se está echando para atrás: El secretario del Tesoro de Estados Unidos, Steven Mnuchin, ha ordenado que varios programas de préstamos por la pandemia se acaben a fin de año.

Para algunos, esa es una razón para que la Fed haga más, tanto para frenar los riesgos que enfrenta la economía como para reforzar sus promesas sobre la inflación.

“El anuncio de la Fed en agosto de un nuevo marco para aumentar la inflación debe ser seguido por pasos como el aumento de la compra de bonos si quiere que los inversores crean en lo que dice”, argumentó el analista de Columbia Threadneedle Ed al-Hussainy.

“(El apoyo fiscal) no se ha materializado. El mercado laboral todavía no está en un buen momento y la inflación está realmente mal. Así que tienes en el papel un argumento muy sólido para actuar”, dijo. “El riesgo de esperar es que la inflación se quede en el lugar equivocado” y que sea mucho más difícil de levantar.

La Fed se ha comprometido a mantener las tasas de interés cerca de cero durante los próximos años y hasta que la inflación esté convincentemente en camino de superar su objetivo de 2% por un tiempo, un margen para asegurar que la meta se mantenga en el tiempo.

Pero más allá de eso, muchas autoridades han dicho que se contentan con mantener las compras de bonos como están por ahora, en parte debido a los datos económicos contradictorios: ¿Están las familias a punto de quedarse en la calle en masa? ¿O se preparan para ir al bar más cercano y volver a reservar vacaciones a medida que se generaliza la vacunación?

“Se siente como una disonancia cognitiva todos los días”, dijo Al-Hussainy. “Ves los números -el 75% de los hogares han perdido ingresos- y es horrible. Miras las tasas de delincuencia, los patrones de gasto, los ahorros y no ves una recesión”.

“Cuándo vaya a desembocar en un problema macroeconómico es la pregunta del año que viene”, dijo. “Es una carrera entre el apoyo fiscal y cuándo el mercado laboral se recupere con la vacuna”.