Funcionarios de la Casa Blanca dijeron que la decisión de Trump no busca inclinar la balanza en favor de Israel.
Funcionarios de la Casa Blanca dijeron que la decisión de Trump no busca inclinar la balanza en favor de Israel.

El presidente Donald Trump anunciará hoy que Estados Unidos reconoce a Jerusalén como capital de Israel y que trasladará sus embajadas a la icónica ciudad, en un giro de la política formal de Washington que podría complicar más los esfuerzos por estabilizar Oriente Medio.

Pese a las advertencias de aliados occidentales y árabes, Trump ofrecerá un discurso a las 13.00 horas (1800 GMT) en la Casa Blanca donde ordenará al Departamento de Estado que empiece a buscar lugares para instalar la embajada en Jerusalén, como parte de lo que se espera sea un proceso de varios años para reubicar las operaciones diplomáticas actualmente en Tel Aviv.

El estatus de Jerusalén ha sido por décadas una piedra de tope en los truncados esfuerzos de paz entre Israel y Palestina.​

Israel considera que la ciudad es su capital eterna e indivisible y desea que todas las embajadas estén instaladas ahí, mientras que los palestinos desean proclamar Jerusalén del Este como la sede de un futuro Estado.

Los aliados de Estados Unidos en Oriente Medio han advertido a Trump sobre las peligrosas repercusiones de su decisión.

El Papa Francisco hizo un llamado el miércoles para que se respete el "status quo" de Jerusalén y añadió que una nueva disputa en Oriente Medio podría avivar conflictos en el mundo. China y Rusia han expresado su preocupación de que los planes de Trump agraven las hostilidades regionales.

Trump firmará una exención de seguridad nacional que retrasa medidas concretas de traslado, ya que Estados Unidos no tiene una estructura consultar en Jerusalén para mudarse. Un alto funcionario del Gobierno dijo que la construcción de la sede diplomática podría tomar entre tres y cuatro años.

Pero la decisión de Trump, que responde a una promesa central de su campaña a la presidencia, cambiará formalmente una política de décadas en la que el estatus de Jerusalén dependería de la solución de dos estados para terminar con el conflicto entre israelíes y palestinos.

El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, no emitió comentarios el miércoles sobre el previsto anuncio. En tanto, los palestinos dijeron que la decisión de Trump representaría "el beso de la muerte" a la solución de dos estados.

"Él está declarando la guerra en Oriente Medio, está declarando la guerra contra 1,500 millones de musulmanes y cientos de millones de cristianos que no aceptarán que los lugares sagrados queden totalmente bajo la hegemonía de Israel", dijo Manuel Hassassian, jefe de la representación palestina en Reino Unido, a la radio de la BBC.

Funcionarios de la Casa Blanca dijeron que la decisión de Trump no busca inclinar la balanza en favor de Israel y que el acuerdo sobre el estatus final de Jerusalén seguirá siendo una parte crucial de cualquier acuerdo de paz que pueda negociarse entre Israel y los palestinos.