TRANSgrediendo, cuyas paredes irradian color, como la bandera arcoiris que preside la recepción, fue fundado en el 2015 por la activista trans de origen mexicano Lorena Borjas. (Imagen refrencial: JASON GUTIERREZ / AFP).
TRANSgrediendo, cuyas paredes irradian color, como la bandera arcoiris que preside la recepción, fue fundado en el 2015 por la activista trans de origen mexicano Lorena Borjas. (Imagen refrencial: JASON GUTIERREZ / AFP).

TRANSgrediendo en una organización de latinas , trabajadoras sexuales e indocumentadas que desde el corazón del distrito multicultural de Queens lucha por reivindicar los derechos de este colectivo marginado y ofrece refugio a mujeres que, como ellas, sufren el rechazo de sus comunidades.

“El colectivo ayuda a conectar a la comunidad trans con servicios legales, médicos. Trabajamos por visibilizar los derechos humanos de la comunidad migrante y decirle al sistema que nuestras voces, que nuestras vidas son importantes, que los derechos de la población trans no se negocian, que no podemos seguir siendo invisibilizadas”, dice a Efe la directora de la ONG, la ecuatoriana Liaam Winslet.

El centro, que se mantiene gracias a donaciones privadas, cuenta en la actualidad con ocho personas a tiempo parcial, como Suleica Urquilla, de El Salvador, que atiende las llamadas, o la puertorriqueña Nayra Berrios, que hoy distribuye comida entre varias trans que han acudido al centro.

TRANSgrediendo, cuyas paredes irradian color, como la bandera arcoiris que preside la recepción, fue fundado en el 2015 por la activista trans de origen mexicano Lorena Borjas, que falleció en marzo del año pasado víctima del COVID y cuyo legado ha sido reconocido por personalidades y políticos como la congresista federal Alexandria Ocasio-Cortez o la asambleísta estatal Catalina Cruz.

Su presencia invade las oficinas de la ONG: un cuadro en el despacho de Winslet, un dibujo en la sala de reuniones, varios de sus reconocimientos en un pasillo, un vestido mexicano...

“Tenemos donaciones privadas de gente que ve el trabajo que hacemos, gente allegada a Lorena que ve que su legado no se ha ido. Estamos acá, estamos luchando, poniendo en práctica todas esas enseñanzas y conocimientos que ella nos dejó. A lo mejor no vamos a hacerlo como ella, pero lo hacemos lo mejor que podemos”, declara Winslet.

Ropa y comida gratis

Durante la pandemia, que golpeó con especial dureza los barrios de Jackson Heights y Corona, donde se ubica TRANSgrediendo, la asociación activó dos nuevos programas para ayudar a las mujeres trans que perdieron su trabajo.

Por un lado el “closet” (armario) donde se ofrece ropa gratuita a quien la necesita y con el que, según Winslet, ya han ayudado a 200 personas.

“Lo que hace este proyecto es proveer ropa gratuita en buen estado a la comunidad y a las compañeras que vienen de centros de detención (fronteriza) y es un espacio donde la gente dona y trae su ropa, donde clasificamos, donde las voluntarias ayudan a organizar y a mantenerlo bien bonito”, explica Winslet rodeada de las piezas que ofrecen en una de las salas.

Dos días a la semana, reparten también comida en colaboración con otras dos ONG. Los miércoles alimentos frescos, como verduras, frutas o huevos, y los sábados platos preparados.

Al principio de la pandemia se acercaban hasta las casas de las mujeres necesitadas, pero desde que la situación ha mejorado y las autoridades de Nueva York han levantado la mayoría de las restricciones sanitarias, ofrecen los productos en sus oficinas, situadas en el sótano de un edificio de la calle 83.

Ani, una peluquera que regentaba su propio negocio en Perú, emigró a Nueva York hace apenas un mes, huyendo de su país después de sufrir un ataque. “Me asaltaron porque ellos son transfóbicos y ya no (podía más), ya no, se ha vuelto mi país muy fuerte”, dice.

Conoció a Lorena Borjas hace cinco años y no es la primera vez que viaja a Nueva York, pero esta vez ha venido para quedarse “para trabajar, para seguir para adelante”.

Con la mirada y la voz cansadas, cuenta que sigue buscando vivienda y empleo y con algo de esperanza explica que a lo mejor puede cortar aquí también el pelo, porque le acaban de ofrecer un trabajo.

Activismo

Winslet reconoce que las emigrantes transgénero que huyen de sus países también se encuentran con numerosas barreras en Estados Unidos, como el idioma o la falta de seguro médico, lo que dificulta, entre otras muchas cosas, procurarse un tratamiento hormonal o, peor aún, obliga a muchas a buscarlo en el mercado negro, con los riesgos que esto conlleva.

“La discriminación y la exclusión, sobre todo por el hecho de ser latinas, es muy evidente; no solo en Nueva York, en el centro del país y en la costa oeste”, explica antes de hacer hincapié en que hay cuestiones de las que no se habla en Estados Unidos, como los “crímenes de odio”.

Pero la activista también habla del acoso policial que ella y muchas compañeras sufren, en especial las dedicadas al trabajo sexual, cuya legalización defienden con vehemencia desde TRANSgrediendo.

Según Winslet: “Son también esas cosas las que nos hacen levantarnos y activar esa furia trans y decirle a la gente: Nuestras vidas importan”.

“No queremos seguir siendo asesinadas, queremos justicia por las que están muertas, justicia por las que están encarceladas y que entiendan que las personas trans somos personas, sujetos de derecho, que no pueden seguir excluyéndonos y diciéndonos que por el hecho de transicionar o decidir sobre nuestras identidades tenemos que seguir soportando la violencia y el abuso al que se nos somete”, agrega.

Por eso, este domingo, como todos los años, la organización participará en la marcha que se organiza en la ciudad de Nueva York con motivo del Día del Orgullo, pero no lo hará en el evento oficial patrocinado con carrozas multicolores por las autoridades y las grandes corporaciones.

Marcharán en el desfile alternativo “Queer Liberation March”, que rechaza las subvenciones de las grandes empresas y la protección de la policía, y reivindica una lucha de base política y social por los plenos derechos de los LGTBI.