Interior del salón del automóvil de Detroit, el 16 de enero de 2018. (AFP).
Interior del salón del automóvil de Detroit, el 16 de enero de 2018. (AFP).

El salón del automóvil de Detroit abre el lunes en un contexto marcado por la incertidumbre sobre el futuro del sector, afectado por el alza de los precios del acero y del aluminio, fruto de la guerra comercial entre Pekín y Washington.

Por primera vez desde el 2009, el año de la quiebra de y Chrysler, la industria automovilística debe lidiar con muchas incógnitas: el futuro de las berlinas y los coches urbanos, las consecuencias del conflicto comercial entre China y Estados Unidos --los dos primeros mercados del sector-- y el estancamiento de la economía mundial, especialmente la china, que coincide con la subida de las tasas de interés estadounidenses.

Los expertos se preguntan cuáles serán las consecuencias sobre las ventas de autos del encarecimiento del crédito al consumo y del alza actual del precio de los vehículos.

Las subvenciones federales concedidas a los coches eléctricos han disminuido notablemente, GM y Ford afrontan una amplia reestructuración y el alto nivel de las existencias de Fiat Chrysler preocupa a los mercados financieros.

Tras varios reveses, incluidos accidentes mortales, y a la espera de una regulación que no llega, se ha esfumado la euforia generada por el desarrollo de los coches autónomos, que muchos fabricantes y gigantes de Silicon Valley preveían para el 2020.

"El consenso durante este salón de Detroit es que los beneficios y las ventas van a empezar a contraerse este año", considera Adam Jonas, analista en el banco de inversiones estadounidense Morgan Stanley.

"No sería una sorpresa ver cómo determinadas empresas se replantean la pertinencia de mantener algunas fábricas", opina por su parte Jessica Caldwell, del portal especializado Edmunds.com.

GM ya ha anunciado cierres de fábricas y supresiones de empleos, y podría tomar nuevas medidas de ahorro. Y Ford, que ha decidido poner fin a la producción de berlinas y coches urbanos por su escaso margen de beneficio, ha comunicado este jueves que suprimirá empleos en Europa, con el objetivo de recuperar una competitividad que actualmente considera insuficiente.

Aunque las ventas de vehículos nuevos alcanzaron un nuevo récord en Estados Unidos en el 2018 --cerca de 17.3 millones de nuevas matriculaciones, 1.8% más en un año--, la mayoría de los observadores anticipan una caída notable de las ventas en el 2019 y prevén malas noticias para las accionistas.

Transición

De GM, como muestra del pesimismo actual, no se espera ningún anuncio importante durante el salón, al que no asistirán los grandes fabricantes alemanes, a excepción de Volkswagen.

La presencia del llamado "Big Three" estadounidense --GM, Ford y Fiat Chrysler-- será bastante discreta, aunque puede que Ford presente el Shelby GT 500, el Mustang más rápido jamás producido.

Se espera asimismo que Volkwagen y Ford anuncien una amplia alianza estratégica en torno a los coches autónomos y eléctricos, indicó una fuente conocedora de la negociación.

"El salón de Detroit vive un periodo de transición", explica Michelle Krebs, experta en Autotrader. Lejos quedó la época en la que Toyota y Nissan lanzaron en la ciudad estadounidense en 1989 sus respectivos marcas de lujo: Lexus e Infiniti.

Brian Moody, otro analista de Autotrader, considera que el salón de Detroit se ha convertido en el lugar en el que se exponen las tecnologías disponibles.

"Una acude allí para ver las tecnologías relacionadas con la seguridad de los coches, el tipo de cosas que los consumidores pueden comprar en menos de un año", dice Moody.

El salón, creado hace 30 años, sigue atrayendo a cerca de un millón de personas. Este año abrirá sus puertas a la prensa el lunes, y recibirá al público entre el 19 y 27 de enero.

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