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Los operadores cambiarios siempre monitorean el mundo buscando indicios de intervención gubernamental en el mercado… pero es raro que sospechen de la moneda de reserva mundial como candidata.

Este cambio se debe a que el presidente estadounidense señaló en reiteradas oportunidades su preferencia por un dólar más débil y acusó a otros países de manipular el tipo de cambio.

El discurso de la administración podría presagiar un vuelco hacia una política intervencionista, según Michael Feroli, economista jefe para EE.UU. de JPMorgan Chase & Co.

Deutsche Bank AG percibe un riesgo concreto de que Trump se convierta en el primer presidente de la historia reciente que toma medidas para debilitar al dólar.

“Sería insensato ignorar” la posibilidad de que EE.UU. venda dólares, dijo Aaron Hurd, gestor de cartera del grupo cambiario de State Street Global Advisors, cuyo equipo maneja US$ 118,000 millones. Las etapas iniciales de cualquier intervención desatarían “una corrección muy seria del dólar” a raíz de la acumulación de especuladores y a ella luego seguiría un período en el que los operadores desafiarían la capacidad del Tesoro para sostener una venta prolongada, dijo.

El dólar subió alrededor de un 3% en lo que va del año, impulsado por el fuerte crecimiento estadounidense, tasas de interés en alza y la escalada de las tensiones comerciales, todo lo cual eleva el atractivo del dólar como refugio. El mes pasado, Trump criticó a China y a la Unión Europea por manipular sus monedas, lo que llevó a los inversores a preguntarse si iría más allá de las apelaciones públicas sobre el dólar.

“En realidad, nadie puede sentirse seguro de las predicciones en este gobierno nada convencional”, dijo Paresh Upadhyaya, gerente de cartera de Amundi Pioneer Asset Management, que administra unos US$ 89,000 millones. “Dicho esto, dudo mucho que EE.UU. intervenga” porque el dólar está sostenido por un crecimiento sólido y un ajuste de la política monetaria, dijo.

La intervención para debilitar al dólar provocaría una venta automática de la moneda, pero “se desvanecería bastante rápido porque los mercados llegarán a la conclusión de que no existe justificación alguna para un dólar estadounidense más débil”, dijo Upadhyaya.

Estados Unidos no interviene en los mercados para vender dólares desde el 2000, cuando se unió a los demás miembros del Grupo de los Siete en un esfuerzo destinado a fortalecer un euro en baja. Compró dólares por última vez en el 2011 como parte de un intento internacional de impedir que el yen subiera después de un terremoto y un tsunami en Japón que llevó a los japoneses a repatriar efectivo.

Es “muy improbable” que EE.UU. intervenga en el mercado cambiario, dijo Mark Sobel, ex funcionario que trabajó en el Departamento del Tesoro durante casi cuatro decenios y manejó el fondo de US$ 95,000 millones que se puede utilizar para intervenir. La amenaza de represalias de otros países también sería un factor de disuasión, dijo Sobel, que en la actualidad es asesor sénior del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales.

“Veríamos probablemente cierto retroceso a nivel global”, si el Tesoro interviniera, dijo Feroli de JPMorgan en una entrevista de Bloomberg TV el 9 de agosto. Más aún, una medida así podría generar tensión con la Reserva Federal, que viene ajustando la política monetaria desde el 2015 y se espera que continúe haciéndolo.