Donald Trump
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La batalla por los aranceles puede indicar que el presidente ha dejado atrás el tema de la inmigración. Cuando los demócratas obstaculizaron los planes de Trump para reducir la inmigración de reunificación familiar, las posibilidades de una legislación importante disminuyeron sustancialmente.

Pero eso no significa que no tenga ningún efecto sobre la inmigración. A través de una combinación de acciones ejecutivas y retórica, el presidente está disuadiendo exactamente al tipo de necesita de manera más crítica para mantener su economía funcionando.

Desde que asumió el cargo, Donald Trump ha hecho la vida más difícil para que los extranjeros capacitados trabajen en EE.UU. , una de las principales visas que utilizan los trabajadores calificados para ingresar al país. La única razón posible para esa medida era hostigar a los solicitantes de visa.

El gobierno de también ha dificultado el otorgamiento de visas a programadores informáticos de nivel inicial y ha aumentado el escrutinio que realiza a empresas que contratan a trabajadores con . Como resultado, el ritmo de aprobación de las H-1B mostró signos de desaceleración el año pasado.

La disminución del porcentaje de solicitudes aceptadas sugiere que la sequía de trabajadores calificados no se debe simplemente a la atmósfera de exclusión racial creada por la retórica de Trump o al reciente aumento de los crímenes de odio.

Gracias a las políticas restrictivas de , trabajadores calificados de países como India se dirigen en cambio a Canadá. Su vecina del norte, donde las ansiedades raciales de la base de Trump son notablemente menos frecuentes, admite un número mucho mayor de inmigrantes altamente calificados en relación con su población.

En el 2017, Canadá incrementó su aceptación de trabajadores calificados en aproximadamente un 7.5% y anunció un nuevo programa para aprobar visas para estos trabajadores en dos semanas, en comparación con los seis o siete meses que demora en EE.UU.

Hasta ahora, estas tendencias han recibido poca atención. La inmigración calificada no es el tipo de problema que hace que las masas de activistas marchen en las calles. Los demócratas tienden a concentrarse en la protección de los inmigrantes indocumentados.

Los republicanos solían elogiar de la boca para afuera la idea de la inmigración calificada, y algunos todavía lo hacen, pero gastan la mayor parte de su energía en tratar de frenar la inmigración familiar legal. Mientras tanto, las empresas de tecnología admiten más trabajadores con H-1B, pero algunos trabajadores se oponen al programa, ya que creen que les roba trabajo y/o reduce los salarios para los estadounidenses nacidos en el país.

Este es un gran problema, porque los inmigrantes calificados son parte clave de la economía estadounidense.

Primero que todo, son altamente emprendedores: entre los años 1995 y 2005, inmigrantes comenzaron más de la mitad de las nuevas empresas de . Desde el 2011, más del 40% de las compañías que componen Fortune 500 fueron creadas por inmigrantes o sus hijos.

Es imposible saber con anticipación qué inmigrantes iniciarán estas empresas, pero es mucho más probable que sean personas con una formación técnica adecuada que provienen de familias con tradición de montar negocios; en otras palabras, inmigrantes calificados.

También son altamente innovadores. Un estudio del 2017 realizado por los economistas Ufuk Akcigit, John Grigsby y Tom Nicholas examinó los registros de patentes y concluyó:

Las áreas tecnológicas con niveles más altos de especialización de personas nacidas en el extranjero experimentaron un crecimiento de patentes mucho más rápido entre los años 1940 y 2000, en términos tanto de calidad como de cantidad, frente a áreas tecnológicas equivalentes en otras condiciones.

Luego enumeran una serie de famosos inventos estadounidenses de creadores nacidos en otros países.

En cuanto a reducir los salarios de los estadounidenses nacidos en el país, hay evidencia de que la preocupación es muy exagerada. Es cierto que el programa H-1B ata los empleados a sus empleadores; el procedimiento para que un trabajador con un H-1B se cambie a otra compañía puede llevar mucho tiempo y ser fastidioso.

Existe cierta evidencia de que las compañías que consiguen la posibilidad de contratar más trabajadores H-1B pagan salarios más bajos. Pero también hay evidencia que muestra que a los trabajadores H-1B no se les paga menos que a los estadounidenses nativos, después de tener en consideración su edad y nivel de calificación.

Además, los estudios que encuentran impactos negativos de los H-1B tienden a mirar solo a las compañías específicas que contratan trabajadores calificados. La presencia de personas más inteligentes en una industria o ciudad hace que florezcan nuevas ideas y tecnologías.

Estas se diseminan a las empresas, lo que permite que las compañías innoven con mayor rapidez, contraten más trabajadores y paguen salarios más altos. Los extranjeros calificados ayudan a mantener el flujo de nuevas ideas en centros tecnológicos como Silicon Valley; Austin, Texas; y Raleigh, Carolina del Norte.

Además, tener un mercado denso de trabajadores inteligentes en un área permite que muchas empresas innovadoras se agrupen allí. Las empresas tecnológicas instalan sus oficinas en California a un costo elevado, porque allí es donde viven los ingenieros. Y los ingenieros se mudan allí, porque ahí es donde están las compañías.

Esta es la razón por la cual, incluso si bajan los salarios en una compañía en particular, los trabajadores con elevan los salarios de los nacidos en el país en general. Un estudio del 2015 de los economistas Giovanni Peri, Kevin Shih y Chad Sparber concluyó:

Los aumentos en los trabajadores de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (CTIM) [extranjeros] están asociados con alzas salariales significativas para los nativos con educación universitaria. Los incrementos para los nativos que no cuentan con educación universitaria son más pequeños, pero de todos modos son significativos.

Nuestros resultados implican que los [trabajadores] CTIM extranjeros aumentaron el crecimiento total de la productividad de factores en las ciudades de EE.UU.

Si las rompen este ciclo virtuoso, la industria de la tecnología podría decidir a la larga establecerse en otro lugar: en Canadá que tiene un enfoque amigable con la inmigración, o incluso en las economías emergentes de China e India. Eso daría lugar a muchos menos buenos empleos y salarios más bajos para los trabajadores estadounidenses, tanto calificados como no calificados.

EE.UU. está jugando un juego muy peligroso bajo el mando de . Al degradar sistemáticamente una de las fortalezas centrales de la nación -la afluencia constante de extranjeros inteligentes y emprendedores- Trump está poniendo en riesgo a la población nativa de clase baja, no ayudándola.

En lugar de restringir el programa H-1B, EE.UU. debería reemplazarlo con un sistema al estilo canadiense que otorgue tarjetas de residencia a trabajadores extranjeros calificados. Puede que no movilice a mucha gente a marchar en las calles, pero la inmigración calificada es un tema que importa para el futuro de cada estadounidense.

Por Noah Smith

Esta columna no necesariamente refleja la opinión de la junta editorial o de Bloomberg LP y sus dueños.

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