Solo en California, uno de los estados más golpeados por los incendios, 6,500 edificaciones resultaron destruidas por las llamas desde agosto. (Foto: AFP)
Solo en California, uno de los estados más golpeados por los incendios, 6,500 edificaciones resultaron destruidas por las llamas desde agosto. (Foto: AFP)

La temporada de que recién comienza en el oeste de Estados Unidos ya mató a 30 personas y arrasó miles de viviendas en áreas boscosas, vulnerables a nuevos fuegos con el calentamiento global.

Y con las aseguradoras tratando de evitar estas zonas o cobrando exorbitantes montos por póliza, hay quienes se preguntan por el futuro de estas comunidades vulnerables, ubicadas en zonas donde convergen bosques y urbanizaciones conocidas como la Interfaz Urbano-Forestal o WUI por sus siglas del inglés, que han crecido exponencialmente durante décadas.

Unos 50 millones de hogares están en áreas WUI. Un ejemplo es Paradise, un pueblo muy cerca de un bosque nacional al norte de California y devastado en 90% por el fuego en el 2018 con 86 víctimas, y que no había terminado de reconstruirse cuando estaba nuevamente amenazado por otro incendio en una población vecina.

Solo en California, uno de los estados más golpeados por los incendios, 6,500 edificaciones resultaron destruidas por las llamas desde agosto.

Gregory Pierce, profesor de urbanismo en la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA), explicó que desalojar comunidades por su vulnerabilidad “es la última solución a la que residentes y políticos quieren recurrir porque es dramática y costosa”.

“Aunque para algunas comunidades es la única respuesta para sobrevivir”.

Las WUI crecieron en Estados Unidos principalmente por “una crisis de asequibilidad de viviendas” sobre todo en California, donde los precios de los inmuebles están entre los más altos del país, indicó Pierce. “Es más barato construir nuevas urbanizaciones en estas zonas periféricas”.

Y entre 1990 y el 2010, proliferaron tanto en términos de casas nuevas (41%) como de superficie tierras utilizadas (33%), según la agencia de bosques.

“Se están construyendo comunidades alrededor de cañones con mucha maleza que son difíciles de acceder”, indicó Darrell Robert, un bombero en el sur de California con 20 años de servicio. “Todo el mundo quiere esa hermosa casa, con los árboles en la cima y en la naturaleza”, pero hay riesgos.

Incendios controlados

Muchos factores generan la situación actual de incendios: por un lado está la sobrepoblación de las WUI, que a su vez están rodeadas de bosques con exceso de vegetación seca, afectada por años de sequía debido al calentamiento global.

El presidente Donald Trump, escéptico a las teorías del cambio climático, afirma que la clave está en la gestión de los bosques.

Y parte de esa gestión, explicó David Shew, un bombero jefe retirado de California, pasa por “prescribir incendios”, fuegos controlados para eliminar “el combustible” que alimenta los fuegos.

“Estas prácticas pueden ser muy exitosas, pero son muy difíciles de hacer hoy en día” por las áreas pobladas en los alrededores. “¿Puedes garantizar que (el incendio) no va a escapar a su control y quemar la casa de alguien?”.

Shew coincidió en que la opción de desalojar comunidades vulnerables es radical. Indicó que a diferencia de la decisión de prohibir construcciones en áreas propensas a inundaciones, como se hizo en el delta del Misisipi, es más complicado con los incendios porque es “difícil predecir” qué zonas que pueden arder.

Los proveedores, que han perdido millones de dólares por los incendios en los últimos años, han buscado abandonar zonas impactadas, pero una orden de California los obliga a renovar las pólizas residenciales amparando a unos 800,000 clientes, aunque los precios seguirán subiendo.

“Quien ya vive en zonas de peligro, no tiene muchas opciones para irse sin perder gran parte del valor de sus bienes”, dijo Amy Bach, de la ONG United Policyholders, que vela por los derechos de los asegurados.

Mantra

Shew, que también es arquitecto, propone “construir inteligentemente” con materiales “altamente resistentes al fuego”.

“El costo de construir una nueva estructura usando materiales mejores no cuesta significativamente más que construir una estructura tradicional”.

Paredes, ventanas y techo reforzados, chimenea cubierta. Y eso debe aplicar no solo para las viviendas nuevas, sino para las ya existentes, que deben pasar por una costosa remodelación para sobrevivir.

Cree que las aseguradoras podrían dar “incentivos” para que sus clientes modifiquen sus propiedades.

“En Estados Unidos es casi un mantra decir ‘vamos a reconstruir’, ‘no nos vamos a dejar derrotar’, ‘vamos a recuperarnos de esto’”, pero la verdad es que “nunca habrá suficientes camiones de bomberos para tener en cada garaje” y proteger las casas, lanzó.