(Photo by Jose Luis Magana / AFP)
(Photo by Jose Luis Magana / AFP)

El deceso a los 87 años de la jueza progresista de la Ruth Bader Ginsburg le otorga al presidente del Estados Unidos, , la ocasión de designar a un magistrado defensor de valores cristianos conservadores.

Trump podría realizar la tercera nominación a la Corte en lo que va de su mandato inclinando hacia aún más la derecha a la mayor instancia judicial del país de nueve miembros. El presidente cuenta con la mayoría republicana del Senado, que finalmente será el encargado de aprobar al nominado.

El Ejecutivo se venía preparando desde hace tiempo para reemplazar a RBG, como se conocía a la jueza fallecida, pues padecía cáncer y era a menudo hospitalizada. El 9 de setiembre divulgó una lista de potenciales candidatos en un gesto destinado a movilizar a sus electores, especialmente a aquellos que se oponen al aborto.

Esa lista no es más que indicativa. De hecho, los dos jueces de la Suprema Corte que nominó en 2017 y 2018 no figuraban en una nómina inicial divulgada por la Casa Blanca en 2016.

Aquí algunos de los que tienen la preferencia de Trump:

Amy Coney Barrett, defensora de religión

De ser designada, Amy Coney Barrett sería la única jueza conservadora de la Corte. Las otras dos juezas son consideradas progresistas.

De 48 años y criada en un barrio popular de Nueva Orleans, estudió en un liceo católico, siguió una brillante carrera estudiantil en una institución de la iglesia Presbiteriana en Tennessee y finalmente se graduó en la universidad Notre Dame, en Indiana.

Se desempeñó como asistente de Antonin Scalia, un juez conservador de la Corte Suprema fallecido en el 2016.

Thomas Hardiman, un pasado republicano

Juez de la corte federal de apelaciones de Pittburgh, Pensilvania, Thomas Hardiman cobró notoriedad al afirmar, por ejemplo, que la Primera Enmienda de la Constitución de Estados Unidos, que garantiza la libertad de expresión, no habilita a los ciudadanos a filmar a policías.

De 55 años, es hijo de un chofer de taxi y pasó su niñez en Massachusetts. Fue el primero de su familia en cursar estudios universitarios y trabajando en un taxi costeó su formación en derecho en la universidad de Georgetown.

Otrora militante republicano y firme conservador, Hardiman trabajó con la jueza Maryanne Trump Barry, hermana del presidente.

En muchos casos vinculados a condenados a muerte se ubicó del lado de quienes buscaban aplicar la pena capital.

Dijo estar a favor de encarcelar a quienes están incluso brevemente detenidos y no representan riesgos para la seguridad.

Joan Larsen, un pilar conservador

Joan Larsen es una magistrada de la corte de apelaciones de Cincinatti de 51 años que ganó fama de fuerte conservador, opuesto a la concesión de mayores derechos a los homosexuales y partidario de la firmeza en materia de detención penal.

También fue asistente del juez Scalia, profesora de derecho de la universidad de Michigan y se desempeñó en la Corte Suprema del estado de Michigan.

Raymond Kethledge, un “originalista”

De 53 años, Raymond Kethledge es juez de la corte de apelaciones del sexto distrito, que abarca el estado de Michigan, puesto al que fue nominado por el presidente George W. Bush.

Ferviente defensor de la libre empresa y los derechos individuales, especialmente el derecho de propiedad y al porte de armas, pertenece a la escuela de la jurisprudencia estadounidense conocida como “originalista” que considera que la Constitución debe ser interpretada conforme al sentido que le dieron sus creadores.

¿Un senador?

Los senadores republicanos Ted Cruz, Tom Cotton o Joshua Hawley también están en la lista de potenciales candidatos armada por Trump. Optar por cualquiera de ellos sería interpretado como una decisión política más que basada en el manejo del Derecho.