Cuando faltan menos de tres meses para las elecciones, las opiniones son cambiantes y el pronóstico es incierto. (Foto: EFE/EPA/ALBERT HALIM)
Cuando faltan menos de tres meses para las elecciones, las opiniones son cambiantes y el pronóstico es incierto. (Foto: EFE/EPA/ALBERT HALIM)

Sarah Lloyd empuja el forraje para alimentar a las vacas lecheras mientras su perrito Pepperoni sigue sus pasos. Afirma que no votó por el presidente en el 2016 ni lo hará ahora, lo que la convierte en un caso atípico en el condado rural de Wisconsin donde vive.

La granja de su familia está ubicada al fondo de una verde colina en el condado de Juneau, un distrito que en la elección pasada dio un vuelco sorprendente y tras haber votado dos veces por el demócrata Barack Obama, dio su apoyo a Trump en el 2016.

Este condado rural podría esconder la clave para las del próximo 3 de noviembre entre Trump y el candidato demócrata, ya que desde 1964 la votación aquí ha coincidido con el ganador a nivel nacional.

Pero cuando faltan menos de tres meses para las elecciones, las opiniones son cambiantes y el pronóstico es incierto.

"Por mucho que estas áreas rurales se hayan acercado hacia el Partido Republicano y hacia Trump, las ciudades son mucho menos republicanas", explicó Charles Franklin, director del instituto de encuestas Marquette Law School Poll.

"Estas son algunas de las divisiones que hay en el estado" de Wisconsin, una demarcación clave que Trump ganó por un estrecho margen en el 2016.

Para Lloyd, que es miembro de un sindicato de agricultores y profesora universitaria, “Trump capitalizó el hecho de que la gente de las zonas rurales está sufriendo económicamente”.

"Los demócratas no han entendido que tienen que tienen que darnos propuestas", se lamenta esta delegada demócrata que votó en la primaria por el progresista Bernie Sanders y que recuerda que en el 2016 Hillary Clinton no hizo campaña en Wisconsin.

La guerra comercial con China afectó a los productores de soja de la zona y Lloyd se alegra de que Trump liberara miles de millones de dólares en ayudas para los agricultores, ya que afirma de otra forma muchos habrían quebrado.

"Pero yo no voy a votar por un misógino, racista y fascista", afirma.

Tony Kurtz, un representante republicano en la asamblea de Wisconsin explica que en esta zona la gente no vota tanto por el partido sino más por la persona.

Su distrito comprende Juneau y también parte del condado vecino de Sauk, donde Trump se impuso por 109 votos, de los cerca de 30,000 emitidos.

Con Trump al 100%

En medio del calor del verano boreal, Kurtz y su rival demócrata participan en un inmenso asado donde más de 1,000 pollos pasan por las brasas para ser distribuidos en un evento de beneficencia, respetando el distanciamiento social por la pandemia. Este tipo de cooperación es poco común en un país marcado por profundas divisiones partidistas.

Kurtz confiesa que le gustaría que el presidente tuiteara menos, pero no duda que el 3 de noviembre va a votar por él, afirmando que es la mejor forma de que el país salga de la crisis económica.

Para este político es muy importante la renegociación de los grandes acuerdos comerciales internacionales, algo que cayó bien entre los agricultores de esta región.

Alexander Blake Weiland, un exmilitar que se dedica a la organización de festivales, comparte este diagnóstico.

En el 2016 se abstuvo de votar porque no le acomodaba la propuesta de Clinton y era muy escéptico con respecto al "magnate inmobiliario".

"Me sentí entre la espada y la pared", señala el joven de 25 años desde la localidad de Mauston, capital del condado de Juneau, que tiene unos 4,300 habitantes.

Esta vez no tiene dudas: “Yo a votar por Donald Trump al 100%”.

El joven, que en el 2012 votó por Barack Obama, afirmó que antes de la pandemia la economía era "maravillosa y el desempleo muy bajo" y destacó además el acuerdo entre Israel y los Emiratos Árabes Unidos.

“Peor de lo que yo había imaginado”

Kari Walker, de 50 años, recorre el camino contrario. Junto a su marido regenta un bar restaurante en Reedsburg, una localidad de cerca de 9,000 habitantes en el condado de Sauk.

Durante 20 años votó por los republicanos y en el 2016 apoyó a un tercer candidato, ya que no le parecía que Trump tuviera la experiencia necesaria.

"Además me horrorizó su lenguaje y quedé horrorizada por la forma en que trata a las mujeres", señaló.

Más de cuatro años después, su gestión de la pandemia, que ha dejado más de 170,000 en Estados Unidos, le parece “pésima”.

Detrás de su barra, Walker confiesa que no puede darle un apoyo "entusiasta" a Biden, pero que sin duda en noviembre votará por él.

“Creo que hay demasiadas cosas en juego. ha sido un presidente peor de lo que yo había imaginado”, sentenció.