(Foto: Difusión)
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Un crecimiento mucho menor de la producción dede este año y la posibilidad de que el bombeo en el mayor productor mundial de crudo se estabilice apuntan a una nueva era de autocontrol en la dinámica industria del esquisto.

Los recortes al gasto y la baja en la producción comunes en los pozos de esquisto significan que el crecimiento del bombeo en Estados Unidos se frenaría respecto del ritmo del 2019, que llevó a la producción local sobre los 13 millones de barriles por día (bpd).

Analistas proyectan que el próximo año el crecimiento del bombeo se desacelere, potencialmente a una tasa de apenas 100,000 bpd nuevos.

Durante la más reciente década, el auge del esquisto convirtió a Estados Unidos en el mayor productor del petróleo del mundo y en una potencia de las exportaciones de energía. Pero esa revolución no se tradujo en mayores precios de acciones. El sector energético delsólo ganó 6% en la década, lejos del retorno de 180% del mercado general.

La expansión de una década del crudo no aumentó las ganancias, lo que ha desalentado a los inversores. La industria del esquisto fue golpeada por una disputa con la que comenzó en el 2014, que en un punto derribó los precios del petróleo estadounidense bajo los US$ 30 por barril.

La producción se frenó temporalmente, pero se aceleró a fines de la década a medida que las compañías recortaron costos y se volvieron más eficientes. Ahora que los retornos a los inversores están disminuyendo, la industria ya no cree que la perforación sea el camino al éxito, aun con precios más altos.

El gasto de los productores de esquisto el próximo año caerá cerca de 15% y no subirá incluso si lo hacen los precios del barril, ya que se utilizarían los mayores retornos para pagar deuda, dijo el presidente ejecutivo de Parsley Energy, Matt Gallagher.

"Teníamos que ser un negocio rentable y competitivo, no sólo recuperar recursos a cualquier costo", afirmó Gallagher sobre el cambio de mentalidad en la industria. Parsley comenzó a pagar un dividendo trimestral por primera vez en setiembre.

Analistas actualmente esperan que el petróleo en Estados Unidos promedie cerca de US$ 58 por barril en el 2020, lo que representaría una modesta baja desde los niveles actuales.

Incluso si los precios del crudo siguen sobre US$ 60 por barril el próximo año, analistas dicen que no producirán otro aumento del bombeo debido a la presión por retornos. A pesar de que los precios del WTI y del Brent subieron el año pasado, el índice de energía del S&P 500 ganó más de 8% en el 2019.

"Nuestra opinión es que (el rápido crecimiento) ha terminado", dijo Raoul LeBlanc, analista de energía de la consultora IHS Markit. Debido a que la producción de esquisto cae rápidamente, los pozos requieren una perforación constante y costosa para mantener estables los niveles de producción.

A medida que el panorama del esquisto se enfría, los únicos productores de petróleo que mantienen tasas anuales de crecimiento cercanas al 40% en la Cuenca del Pérmico son los gigantes y y algunos operadores privados, dijo Artem Abramov, jefe de investigación de esquisto de la consultora Rystad Energy.

El financiamiento para la nueva producción ha sido muy limitado. Las empresas de capital privado que financiaron exploradores y se beneficiaron vendiendo a sus rivales ahora deben nutrir estas operaciones a largo plazo, dijo Adam Waterous, director ejecutivo de la firma de capital privado Waterous Energy Fund.

Los productores estadounidenses “todavía necesitarán uno o dos años más para obtener rendimientos de flujo de efectivo libre hasta niveles que sean competitivos”, dijo Rob Thummel, gerente de cartera de Tortoise Capital, que posee acciones en los productores de esquisto Concho Resources Inc, Diamondback Energy Inc y Pioneer Natural Resources Co .