(Foto: Reuters)
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A medida que crece el número de incidentes graves con pasajeros borrachos y violentos, las aerolíneas se ven obligadas a refrenar físicamente a cada vez más pasajeros revoltosos, según la Asociación Internacional del Transporte Aéreo (IATA, por sus siglas en inglés).

Estadísticas publicadas por la principal asociación profesional de la industria el martes revelan un aumento del 50% el año pasado, a 169 pasajeros que debieron ser contenidos por la fuerza a causa de conductas que van desde insultos y golpes hasta actos que pusieron vidas en peligro, de los cuales los más graves fueron los intentos de entrar a la cabina de comando.

El conteo anual de malos modales realizado por IATA llega mientras ejemplos de incidentes extremos a bordo acaparan titulares e inundan las redes sociales. En uno de ellos, ocurrido en mayo, dos jets de combate escoltaron un avión de American Airlines hasta Honolulu después que un pasajero, que parecía estar intoxicado, intentó romper la puerta de la cabina del piloto.

En algunos casos, los conflictos que estallaron en los aviones mancharon la reputación de las propias aerolíneas, como cuando el personal de seguridad sacó a rastras a un pasajero de un avión de United Airlines por negarse a ceder su asiento. El máximo ejecutivo, Oscar Munoz, se disculpó por cómo manejó la empresa el incidente.

El número de incidentes con pasajeros revoltosos aumentó estos últimos años. IATA ya había afirmado que las aerolíneas deben tener cada vez más en cuenta las leyes locales para castigar las infracciones y que hay que entrenar a la tripulación para manejar la violencia.

Aunque en realidad el total de incidentes informados el año pasado bajó casi 10%, a 9,837, la porción que se consideró de mayor riesgo aumentó respecto a 2015. Así fueron los alborotos del año pasado:

* Se informó un incidente cada 1,434 vuelos.

* En el 12% hubo agresiones físicas, 11% más que el año anterior.

* Cerca de un tercio de los incidentes, con 3,288 pasajeros, estuvo vinculado con intoxicaciones, entre ellos 444 registros de casos que pasaron a agresiones físicas.

IATA afirmó que en más de la mitad de las infracciones vinculadas con las normas de seguridad se trató de pasajeros que fumaban a bordo, ya sea en la cabina principal o, con más frecuencia, en los baños.

Las cifras representan a 190 de las aerolíneas del mundo, por lo tanto “probablemente subestimen mucho la magnitud del problema”, dijo desde Ginebra Tim Colehan, subdirector de asuntos exteriores de IATA.

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