Estados Unidos dice que la comunidad global está invitada a visitar el país ahora que el gobierno puso fin a las restricciones a viajeros de 33 países.
La realidad, sin embargo, es que aún será difícil para la mayoría del mundo, si no es que imposible. Los expertos señalaron que tomará años para que los viajes se recuperen por completo.
Para empezar, la mitad del mundo no está vacunada contra el COVID-19 y por lo tanto no cumple con los criterios estadounidenses para visitantes extranjeros. Así que aunque muchos europeos podrán viajar ahora a Estados Unidos, las personas de países más pobres en los que las vacunas escasean siguen quedando al margen, con unas cuantas excepciones.
Para algunos expertos en salud pública, eso genera dudas éticas sobre la medida.
“El asunto no es limitar el acceso sobre la base del estatus de vacunación”, dijo Nany Kass, subdirectora de salud pública en el Berman Institute of Bioethics de la Universidad Johns Hopkins.
“Es que eso hace que sea sistémicamente imposible para que las personas — generalmente de países pobres y cuyos gobiernos no han podido garantizar los suministros necesarios de vacunas — puedan venir a ver a sus seres queridos”.
Incluso si se está vacunado, eso pudiera no ser suficiente. Los adultos no inmigrantes necesitan haber recibido vacunas aprobadas por la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA por sus siglas en inglés) o por la Organización Mundial de Salud para uso de emergencia.
De lo contrario, también tienen prohibido ingresar a Estados Unidos. Eso deja fuera a todas las personas que recibieron la vacuna rusa Sputnik V o la de CanSino, de China.
Están además los meses de demoras en algunos lugares para recibir una visa. La Asociación de Viajes de Estados Unidos dijo que, en promedio, existe un retraso de seis meses en las citas para visas de visitante, pues muchos consulados y embajadas no han reanudado sus operaciones normales. En tanto, otros países tienen sus propias reglas, lo que complica el viaje internacional.
A Edgar Orozco, propietario de dos restaurantes, ambos llamados Chelito’s, en El Paso, Texas, le emocionó la reapertura de la frontera terrestre con México el lunes, y señaló que esperaba que eso ayudara a llenar las calles del centro de la ciudad con compradores —y clientes en sus restaurantes— en esta temporada navideña, a diferencia del año pasado, cuando las calles estaban vacías.
“Ahora que los viajeros no esenciales van a poder regresar, estamos emocionados de volver a esas buenas épocas”, comentó.
Sin embargo, ha escuchado casos de personas que tienen problemas con la visa, como el caso de un proveedor de México que señaló que no puede renovar su visa sino hasta el 2023. El tiempo de espera para obtener una cita para una visa de turista de Estados Unidos en Ciudad Juárez, limítrofe con El Paso, es de 676 días, o casi dos años, de acuerdo con el Departamento de Estado.
No obstante, los expertos esperan una ola de viajeros en los aeropuertos estadounidenses, lo que ayudará considerablemente a estimular a la industria turística en general. Los viajantes procedentes de los 28 países europeos que hasta el lunes no podían entrar en Estados Unidos representaron el 37% de los visitantes extranjeros en el 2019, según la asociación.
Travelport, que analiza datos de reservaciones de vuelos, señaló que, por regiones, la mayor cantidad de viajeros internacionales que visitan Estados Unidos desde mediados del 2020 procede de Latinoamérica, pero las personas que están reservando vuelos desde finales de setiembre, cuando el gobierno de Biden informó que levantaría las restricciones de viaje, son principalmente europeas.
La reapertura de las fronteras terrestres con Canadá y México también debería ayudar a restablecer los viajes, ya que suelen ser las dos principales fuentes de visitantes internacionales hacia Estados Unidos.
Pero la Asociación de Viajes de Estados Unidos pronosticó en junio que los viajes no regresarían a los niveles del 2019, de casi 80 millones de visitantes, sino hasta el 2024.
La cantidad de viajeros internacionales disminuyó a 19 millones en el 2020 y se tiene previsto que aumente un poco este año, a más de 26 millones, y se duplique a unos 57 millones en el 2022, pero aún estaría muy lejos de los niveles registrados antes de la pandemia.
Estados Unidos no es el único que trata de reactivar los viajes a medida que más personas se vacunan. Algunos países que cerraron sus fronteras han empezado a reducir las restricciones paulatinamente, como Australia, India y Tailandia. Europa abrió sus puertas a los estadounidenses hace meses.
En las últimas dos semanas, el 75% de las nuevas reservaciones en tres hoteles Moxy de Manhattan han sido de europeos, la mayoría de Gran Bretaña, España, Francia y Alemania, comentó Mitchell Hochberg, presidente del operador de hoteles Lightstone.
Sin embargo, Hochberg cree que habrá que esperar al menos hasta la primavera para que las reservaciones internacionales vuelvan a los niveles previos a la pandemia. “Viajar puede ser engorroso. Los vuelos son un tanto limitados en este momento”, señaló.