La FED mejoró las previsiones de crecimiento económico de Estados Unidos a 3.1% para este año, frente al 2.8% calculado en junio. (Foto: Reuters)
La FED mejoró las previsiones de crecimiento económico de Estados Unidos a 3.1% para este año, frente al 2.8% calculado en junio. (Foto: Reuters)

Los funcionarios de la Reserva Federal se reunirán el jueves para discutir la política monetaria, y aunque nadie espera que el banco central aumente las tasas de interés en esta ocasión, es seguro que habrá mucho interés en cómo aborde la reciente turbulencia en los mercados financieros a la luz de sus perspectivas para la economía tipo “Ricitos de Oro”. En otras palabras, alguien tiene que ceder.

La minuta de la reunión de la Reserva Federal del 25 y 26 de setiembre reveló que un grupo de miembros del Comité Federal de Mercado Abierto abogó por elevar la tasa de fondos federales, actualmente en un rango de 2% a 2.25%, a más allá de lo que se considera un nivel neutral, hacia un territorio que restringe el crecimiento económico.

El presidente de la Fed, Jerome Powell, pone la tasa neutral en un nivel en torno al 3%. Eso se fundamenta en que la tasa de desempleo se mantenga por debajo del 4% hasta el 2021 y que la inflación se mantenga en un nivel idílico del 2.1%.

Hasta “Ricitos de Oro” se sonrojaría ante un escenario tan casi perfecto. Consideremos que enero de 1966 es el único mes desde 1960 en que el desempleo ha estado por debajo del 4 por ciento y la inflación por debajo del 2 por ciento. Las proyecciones de la Fed hasta 2021 no sugieren simplemente que llegaremos allí, sino que nos quedaremos allí durante un tiempo terriblemente largo. Tales cuentos de hadas lograrían algo: llenarían el cuadrante vacío que tiene a ese único ocupante en este momento.

Hemos tenido un largo período de inflación bien controlada, gracias a la deflación que China exportó a todo el mundo a través de sus bienes más baratos, a los avances tecnológicos que redujeron los precios y, por supuesto, a los extraordinarios esfuerzos de la política monetaria en la era posterior a Greenspan. También existe un precedente para que la tasa de desempleo se mantenga por debajo del 4% durante cuatro años, como ocurrió en la década de 1960. Pero ese episodio también fue acompañado por una curva de Phillips en funcionamiento, con una tasa de inflación que subió de un punto de partida del 2% al 5%.

Aunque no se puede trazar una línea recta entre causa y efecto, los inversores han estado un poco agitados por la perspectiva de tasas mucho más altas desde que Powell asintió a lo enrarecido que está el ambiente económico, señalando que casi parecería ser "demasiado bueno para ser cierto". En buena medida, añadió que "una mejor política monetaria ha jugado un papel central" en la creación de este escenario perfecto. Bueno, sí, US$ 22 billones en flexibilización cuantitativa a nivel mundial son una gran ayuda.

A cambio, los mercados financieros de todo el mundo se están asfixiando debido a que la liquidez se ha retirado y hay muy pocos lugares donde esconderse. Como informó Bloomberg News sobre una reciente estrategia de JPMorgan Chase & Co., una de cada cinco clases de activos tiene un rendimiento positivo este año, y todos los mercados, aparte del Nasdaq Composite Index, los préstamos apalancados de EE.UU. y las materias primas, tendrán rendimiento inferior al efectivo.

Sin embargo, la mayoría de los inversores seguirán esperando lo mejor, lo que es emblemático del comportamiento del final de ciclo. ¿De qué otra manera sería posible que el 83% de las empresas presentara una solicitud para recaudar fondos a través de ofertas públicas iniciales que no generan ganancia? Según una investigación realizada por el profesor de finanzas de la Universidad de Florida Jay Ritter la proporción de OPI no rentables supera la del pico anterior del 81% en el año 2000, justo cuando el Nasdaq se estaba inclinando hacia el territorio de crisis.

La principal diferencia entre entonces y ahora es que tenemos a la Fed en un modo de doble endurecimiento de la política monetaria, aumentando las tasas de interés y reduciendo sus activos de la hoja de balance, justo al tiempo que otros grandes bancos centrales comienzan a adoptar políticas monetarias más estrictas, o al menos, políticas menos acomodaticias. Eso es eliminar la liquidez del sistema financiero mundial.

Todo esto hace que uno se detenga y se pregunte exactamente dónde estarían las acciones de EE.UU. en ausencia de la proyección de US$ 1 billón en recompras de acciones del 2018. La única pregunta es si alguien dentro de la Fed se ha dado cuenta de lo mismo y con ello el reconocimiento de que el cuadrante vacío no es apto para ser llenado en los próximos años.

Por Danielle DiMartino Booth

Esta columna no necesariamente refleja la opinión de la junta editorial o de Bloomberg LP y sus dueños.