La criminalidad en general descendió en Nueva York, desde el número de violaciones al robo de coches, según "The New York Times". (AFP)
La criminalidad en general descendió en Nueva York, desde el número de violaciones al robo de coches, según "The New York Times". (AFP)

Una adolescente que trabajaba como cajera en un restaurante de comida fue asesinada a tiros en Manhattan. Una mujer murió después de que fue empujada a las vías del metro en Times Square. Una bebé de 11 meses resultó herida por una bala perdida en el Bronx. Dos policías fueron asesinados en Harlem.

Una serie de actos violentos de alto impacto en la ciudad de Nueva York han desatado el nerviosismo, convirtiéndose en un creciente trauma para el incipiente gobierno del alcalde Eric Adams.

Aunque enero fue trágico para la ciudad, las estadísticas indican que Nueva York sigue siendo tan segura o más de lo que era hace una década, cuando el exalcalde Michael Bloomberg la llamó la “ciudad más segura de Estados Unidos”.

La ciudad de Nueva York registró 28 asesinatos en enero, uno menos que el promedio para ese mes de los diez años previos.

El año pasado, mientras la violencia se disparaba en todo el país, el total fue de 488 — un alza respecto al mínimo histórico de 292 del 2017 — pero muchos menos que a inicios de los noventa, cuando la ciudad promediaba más de 2,000 homicidios al año. En el 2011, Nueva York registró 515 asesinatos.

“En Nueva York, la situación se puede ver desde dos ángulos”, dijo el analista en delincuencia Jeff Archer. “Es importante saber que no está en su peor punto histórico, pero también hay que entender que ha empeorado significativamente en los últimos años”.

El número de personas que han resultado heridas por arma de fuego en Nueva York subió durante la pandemia y sigue persistentemente elevado.

Pero su tasa de homicidios (5.5 por cada 100,000 habitantes el año pasado), sigue siendo más baja que la de las próximas seis ciudades más pobladas del país, indican datos del FBI y la policía. También ha sido menor que la de muchas ciudades pequeñas, como Jacksonville, Florida; Fort Worth, Texas; y Tulsa, Oklahoma.

Adams, un excapitán de la policía que hizo del combate a la delincuencia parte central de su campaña, dice que no solamente lucha contra el crimen, sino también contra un temor y percepción de que se está saliendo de control.

Estudios indican que las personas suelen tener una mala comprensión de las tendencias delictivas y generalmente asumen lo peor, dijo Asher.

Adams dice que quiere desplegar policías por toda la ciudad para que residentes y turistas se sientan seguros por igual. También le ha dado una desproporcionada atención a su antiguo departamento en su primer mes en el cargo, asistiendo a pases de lista, respaldando a los agentes tras la oleada de violencia reciente y ordenando nuevas estrategias de combate al delito.

“Estar seguro es también sentirse seguro. Nadie quiere escuchar estadísticas cuando no se siente seguro”, le dijo a la televisora NY1 la semana pasada.

En Nueva York, el 2022 arrancó con una serie de crímenes arbitrarios que ponen más nerviosa a la gente.

Kristal Bayron-Nieves, la cajera de 19 años que fue asesinada el 9 de enero durante un robo a un Burger King en East Harlem, se había mudado con su familia a Nueva York en busca de una vida mejor luego que el huracán Maria devastó Puerto Rico en el 2017.

Michelle Go, la mujer de 40 años que fue empujada a las vías del metro el 15 de enero en la estación de Times Square, trabajaba para la firma consultora Deloitte y como voluntaria ayudando a familias desamparadas y en riesgo.

La niña de 11 meses fue hospitalizada en condición crítica luego de ser alcanzada en la mejilla por una bala perdida cuando estaba con su madre en un automóvil estacionado el 19 de enero, días antes de su primer cumpleaños.

Los policías asesinados, Jason Rivera, de 22 años, y Wilbert Mora, de 27, se habían integrado al departamento con la esperanza de reducir las persistentes brechas entre la policía y las comunidades de inmigrantes, como en las que ambos crecieron.

El presidente Joe Biden tiene programada una visita a Nueva York el jueves para discutir las maneras para reducir la violencia con armas de fuego — aunque no es el único lugar que lidia con este problema.

Los Ángeles, la segunda ciudad más grande del país, reportó 397 asesinatos en el 2021, su cifra más alta desde el 2007. Chicago tuvo 797 homicidios el año pasado, el número más elevado desde 1996. Filadelfia estableció un récord con 562.

Fort Worth, Texas, una ciudad 10 veces más pequeña que Nueva York, pasó de 69 asesinatos en el 2019 a 118 el año pasado. Oklahoma City registró 91 homicidios el año pasado, su cifra más alta desde el 2012.

Jacksonville, Florida, revirtió la tendencia y pasó de 140 asesinatos en el 2020 a 108 el año pasado, pero su tasa de homicidios de 11.4 por cada 100,000 personas de cualquier forma fue el doble de la de Nueva York.

De cualquier forma, la violencia reciente ha llevado a Nueva York a una encrucijada, en la que funcionarios electos se apresuran a demostrar que tienen mano dura contra el crimen, menos de dos años después de que las autoridades iban en la dirección luego que el asesinato de George Floyd en Minneapolis desató una oleada de protestas por la justicia racial en todo el país.

Electo como un reformista progresista, el nuevo fiscal de Manhattan Alvin Bragg se ha visto asediado luego de instruir a su personal que no procese algunos delitos menores como prostitución y algunas instancias de resistirse al arresto. Luego de un desacuerdo con el comisionado de policía Keechant Sewell, Bragg se disculpó y enfatizó que su oficina no evadía los casos serios, como la violencia por armas de fuego y las agresiones a policías.

Reformas de fianza que se implementaron en el estado hace dos años para limitar la detención previa a juicios se han convertido en un dolor de cabeza para políticos y sindicatos policiales.

Adams abordó la reforma de fianzas en un plan anticrimen, proponiendo que se les autorice a los jueces tomar en cuenta los antecedentes delictivos y la posible peligrosidad de un acusado al momento de fijar la fianza.

El representante federal republicano Tom Suozzi, quien se postuló a la gubernatura contra la actual titular del gobierno estatal, Kathy Hochul, le solicitó revertir las reformas, al igual que otros seis representantes estatales republicanos. El representante federal Lee Zeldin, un republicano que también aspira a la gubernatura, incluso relación a la ley de fianza con la quema de un árbol artificial de Navidad a las afueras del edificio de Fox News en Manhattan.

Las reformas incluyen eliminar la fianza para delitos no violentos y citas de comparecencia en lugar de arrestos por delitos menores.

Hochul ha dicho que está dispuesta a discutir cambios a la ley si los datos indican que la reforma está vinculada con el aumento de la delincuencia.

El asambleísta demócrata Carl Heastie, quien impulsó la reforma de fianza, dijo que estaba frustrado por el hecho de que los políticos “culpen a la reforma cada mañana”.

“Pienso que es desafortunado vincular el aumento de la violencia con armas de fuego solo con la fianza”, dijo. “Si es el caso ¿por qué tenemos problemas con armas de fuego en todo el país?”.