Niñera. (Foto: AP).
Niñera. (Foto: AP).

Jóvenes de México, Colombia y otras naciones que trabajaron como niñeras por sueldos bajos se repartirán una compensación de US$ 65 millones en el marco de un acuerdo extrajudicial al que llegaron tras demandar a las empresas que las trajeron a .

Casi 100,000 jóvenes, mayormente mujeres, que trabajaron en hogares estadounidenses en la última década tendrán derecho a una compensación, de acuerdo con un arreglo pactado en un tribunal federal de Denver el miércoles, un mes antes de que la demanda radicada por niñeras de colombianas, mexicanas, australianas, alemanas y sudafricanas fuese a juicio.

Las demandantes dijeron que 15 firmas autorizadas a traer niñeras del exterior se confabularon para mantener sus sueldos bajos e ignorar las leyes estatales sobre horas extras y sueldo mínimo, aduciendo que el sueldo mínimo del gobierno era lo máximo que podían ganar. En algunos casos, señala la demanda, las familias les ponían tareas adicionales, como alimentar gallinas, ayudar en mudanzas y mantener el jardín, y no les permitían comer con las familias que las contrataban.

“Este acuerdo es una victoria muy peleada de nuestras clientas, que lucharon por años en nombre de unas 100,000 niñeras, y será tal vez el acuerdo más grande jamás pactado en beneficio de trabajadores que ganaban el sueldo mínimo. Además, dará a este sector la oportunidad de ganar más dinero y conseguir mejores condiciones de trabajo”, afirmó David Seligman, director de la organización Towards Justice (Hacia la Justicia), basada en Denver y que radicó la demanda en el 2014. Posteriormente el caso fue llevado por la firma de abogados de Nueva York Bois Schiller Flexner.

Bajo el acuerdo, que todavía debe ser aprobado por un juez, las empresas se comprometen a asegurarse de que las niñeras son informadas acerca de sus derechos, pero no admiten haber incurrido en irregularidad alguna.

Los abogados tendrán ahora que ubicar a las niñeras que vinieron a Estados Unidos con visas J-1 entre el 1 de enero del 2009 y el 28 de octubre del 2018. Abrieron un portal para informar acerca del acuerdo y rastrear a las jóvenes.

El programa, supervisado por el Departamento de Estado, fue lanzado en 1986, como un programa de intercambio cultural, en momentos en que aumentaba la demanda de niñeras. Al principio participaron 3,000 personas a título experimental, pero el año pasado hubo unas 20,000. El programa es en parte una iniciativa laboral y en parte un tema de relaciones internacionales, y hay quienes dicen que ese status difuso hace que se preste para abusos.

Los patrocinadores dicen que cumplían las normas del Departamento de Estado, que fijaron un pago de US$ 195.75 por una semana de 45 horas después de que el sueldo mínimo fuese llevado a US$ 7.5 la hora en el 2009. El sueldo de las niñeras, que no fue actualizado, fue en realidad de US$ 4.25 la hora ya que se les dijo a las familias que las contrataban que les dedujesen el 40% para cubrir alojamiento y comida, una práctica que ha sido cuestionada por las demandantes.

Las empresas adujeron que exigirle a las familias que pagasen más en estados con sueldos mínimos más altos hubiera acabado con el programa al hacerlo demasiado costoso y hubiera impedido el cumplimiento de los objetivos de política exterior.

Según un informe del 2016 sobre atención de menores preparado por el grupo de estudios New America, de Washington, el costo promedio del cuidado de un niño en un jardín de infantes para menores de cuatro años es de US$ 9,589 al año por cada menor. El costo promedio de una institutriz a tiempo completo cama adentro fue de US$ 28,353, un 53% del ingreso promedio de un hogar estadounidense y casi tres veces el sueldo anual de una niñera.

En Estados Unidos se hace una distinción entre una niñera y una institutriz, que se supone tiene más experiencia y preparación.

La contratación de niñeras, llamadas “au pairs”, como en Francia, se popularizó en Europa después de la Segunda Guerra Mundial, donde jóvenes vivían con familias de otras naciones para aprender un idioma a cambio de que ayudasen con el cuidado de los hijos e hiciesen algunas tareas del hogar. En Europa, las au pairs generalmente no trabajan más de 30 horas semanales.

Sarah Azuela cuenta que cuando cursaba el último año de la universidad en México vio un anuncio según el cual podía venir a Estados Unidos como niñera y pasar un año memorable, con viajes, conociendo gente y pasando a ser parte de una familia estadounidense. Indicó que al final pasó dos años en lo que terminó siendo el peor empleo de su vida, sintiéndose una esclava al servicios de los caprichos de las familias que la contrataban más que una integrante de la familia.

En su último empleo --trabajando para una madre soltera de Virginia-- Azuela dijo que además de cuidar a tres niños, cocinaba todas las comidas, limpiaba la casa, plantaba flores y empacó las pertenencias de la familia para dos mudanzas, primero a un departamento temporal y luego a una casa permanente.

La mexicana, no obstante, agradece a la madre que la contrató el que le diese tiempo para estudiar administración de empresas en una universidad, lo que le permitió prolongar su estadía, y por no gritarle ni amenazarla con pegarle, como había hecho una patrona previa.

“No le deseo a nadie una experiencia como esta”, expresó Azuela desde Hermosillo, México, al explicar por qué se sumó a la demanda. Azuela vive ahora en Wisconsin.

El acuerdo se produce en momentos en que crece un movimiento para proteger los derechos de los empleados domésticos, que inicialmente fueron excluidos de las protecciones federales para los trabajadores. Ocho estados aprobaron leyes que detallan los derechos de los empleados domésticos y la senadora Kamala Harris y la representanta Pramilla Jayapal dicen que planean presentar un proyecto para que haya una legislación nacional para este sector.

Rocío Ávila, directora estatal de la Alianza Nacional de Empleados Domésticos, dijo que el acuerdo permitirá a las niñeras ganar lo justo y delineará mejor sus funciones.