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La mayoría de los tienen una licencia para practicar la medicina en un solo estado de Estados Unidos. Lindsey Mcilvena puede hacerlo en 26.

"Perdí la cuenta", dijo ella sobre sus licencias médicas.

Mcilvena es una doctora de telemedicina, parte de un número creciente de médicos que prefieren tratar a sus pacientes de forma remota, desde la comodidad de sus propios hogares, incluso en pijamas. Se conectan con los pacientes por video chat o mediante nuevas aplicaciones donde los enfermos pueden usar su smartphone para consultar a un médico por un resfriado o una receta.

Para Mcilvena, de 35 años, esto comenzó como un trabajo secundario. Acababa de recibirse en Medicina y había abierto su propio consultorio en Encinitas, California. Comenzó a atender turnos de telemedicina para pagar las cuentas mientras expandía su consultorio físico. Le gustó tanto que en el 2015 pasó a atender de forma remota a tiempo completo.

"Era una fanática de la flexibilidad, de poder trabajar desde casa y elegir mi propio horario", dijo Mcilvena, especialista en medicina preventiva y de estilo de vida. "Eso no se puede aplicar a muchas especialidades médicas".

Nicho
La telemedicina sigue siendo ante todo una ocupación de nicho. Un estudio publicado en diciembre por la revista académica Health Affairs rastreó los resultados de una encuesta hecha por la American Medical Association en el 2016 y comprobó que solo el 15.4% de los médicos practicaba la .

Pero eso puede cambiar pronto. Anunciada durante mucho tiempo por la comunidad médica por su potencial para hacer que la atención de la salud sea más accesible y eficiente, ahora la telemedicina parece estar a punto de convertirse en una práctica generalizada y plantea nuevas cuestiones sobre cómo ejercer la medicina a través de una aplicación en comparación con la visita al consultorio de un médico.

En EE.UU., los planes de salud privados, Medicare, la mayoría de los programas estatales de Medicaid y el Departamento de Asuntos de Veteranos cubren algunas visitas médicas virtuales. Más de 35 estados y el Distrito de Columbia ahora tienen leyes que exigen que las compañías de seguros privadas reembolsen a los proveedores la atención prestada de forma remota.

En telemedicina, los que prosperan son los médicos con buen manejo de tecnología y habilidad para comunicar.

Tales cambios han llevado a un auge de las startups de telesalud bien financiadas como HeyDoctor, Roman y Hims, la vendedora de Viagra que en enero se tasó en US$ 1,000 millones.

Con aplicaciones sofisticadas y buen marketing, las compañías están creando nuevas oportunidades para los médicos y fortaleciendo un mercado respaldado por incondicionales de la telesalud como MDLive Inc. y Doctor On Demand Inc. Y para algunos de esos médicos, especialmente los más jóvenes que crecieron haciendo casi todo por internet, la telemedicina ya no es un trabajo paralelo: es un objetivo profesional.

Por otro lado, a algunos médicos les preocupa que las visitas virtuales menoscaben la relación entre médico y paciente o que les paguen menos. La American Medical Association apoya la telemedicina siempre y cuando sea "coherente con los servicios presenciales relacionados". Uno de los mayores desafíos parece ser discernir cuándo la telemedicina debe remitirse a las tradicionales visitas al consultorio.