Los primeros vehículos sin personas al volante, capaces de circular por ciudades de manera segura, debían llegar a las calles estadounidenses este el 2019, pero a pocos días de que termine el año esa promesa de las empresas automotrices y Silicon Valley está lejos de ser realidad.
Accidentes recientes, como los que involucraron a vehículos Tesla equipados con Autopilot, un software de asistencia al conductor, demostraron que “la tecnología no está lista”, aseguró Dan Albert, autor del libro “Are we there yet?” (“¿Ya estamos allí?”) sobre la historia del automóvil estadounidense.
Esos accidentes cuestionaron el argumento de venta según el cual los vehículos autónomos ayudarían a reducir la cantidad de muertes en las carreteras -unas 40,000 por año en Estados Unidos, la mayoría debidas a errores humanos-, ya que dejaron fallecidos.
Y lo cierto es que las maniobras que pueden realizar esos automóviles llenos de tecnología sin intervención humana siguen siendo limitadas: estacionar, frenar, arrancar o conducir en un estacionamiento.
En fase de experimentación
Por ahora no hay vehículos autónomos en las carreteras. La mayoría están todavía en fase de experimentación en distintas ciudades.
“Cuando trabajas en la implementación a gran escala de sistemas de seguridad críticos, lanzarse al riesgo no es una opción”, dice Dan Ammann, director ejecutivo de Cruise. General Motors, su casa matriz, había prometido sin embargo una flota de vehículos autónomos para el 2019.
Esos autos circulan en zonas determinadas, como campus universitarios, explica Tara Andringa, directora de PAVE, una coalición que agrupa actores del sector, académicos y aseguradoras con el objetivo de educar al público general sobre la tecnología autónoma.
Desde hace un año, Waymo/Google (Alphabet) propone un servicio de robotaxis, Waymo One Brand, en Chandler, Arizona. Una persona, denominada "chofer seguro", permanece en el asiento del conductor para tomar el control en caso de emergencia.
Pero Waymo quiere ir más lejos y ofrece, desde mediados de año, un nuevo servicio a sus abonados en Phoenix y sus suburbios: viajes sin personas al volante, gratuitos al mediodía y a veces durante la noche.
“Percepción” no resuelta
"La autonomía puede ser utilizada en zonas como campus universitarios donde la velocidad de circulación autorizada es baja y hay pocas interacciones con otros vehículos, peatones y ciclistas", dice Sam Abuelsamid, ingeniero y experto de Navigant Research.
El mayor problema es la "percepción", es decir la capacidad del software de manejar los datos recibidos por los captores de movimientos alrededor del auto, como otros vehículos, peatones, animales, ciclistas...
El vehículo autónomo debe prever las acciones de esos otros actores y adaptar su propio comportamiento en consecuencia.
"Parte de la 'percepción' no está resuelta aún. Funciona en un 80-85%, lo que significa que en el 15% de las situaciones problemáticas el auto puede chocar con objetos o personas, hiriéndolas o matándolas", señala la profesora Avideh Zakhor, de la universidad Berkeley.
Otras trampas
La legislación, vigente en una cuarentena de Estados estadounidenses, se centra esencialmente en las pruebas. Los actores esperan que la acumulación de miles de kilómetros recorridos permita garantizar la seguridad de la tecnología.
Las autoridades deben adaptar la señalización en las carreteras para estos autos inteligentes.
Contactada por la AFP, la agencia federal de la seguridad vial (NHTSA) no pudo contestar en qué fase estaba en estos temas.
Dentro de varios años
¿Cuándo habrá automóviles autónomos en las carreteras? Dentro de varios años.
Henrik Fisker, director ejecutivo del automotor Fisker Inc, cree que una estimación realista es de "al menos siete años".
“Deberíamos observar el despliegue de flotas de autos autónomos, probablemente a nivel regional, durante los próximos cinco años”, sostienen por su parte desde Aurora, una start-up especializada en la conducción autónoma y respaldada por Amazon y Fiat Chrysler.
Aunque admite que encontrar un auto sin conductor en una concesionaria llevará tiempo, el ingeniero Sam Abuelsamid cree que a corto plazo deberían estar circulando en áreas delimitadas.
"Podremos ver un número limitado de vehículos autónomos en ciertas áreas geográficas a mediados del 2020 y un despliegue gradual a partir del 2021", predice.
Sin embargo, Elon Musk, el excéntrico jefe de Tesla, reiteró a fines de octubre que para fin de año, "el automóvil (Tesla) podrá conducir desde su casa al trabajo, probablemente sin intervención, pero bajo la supervisión de un humano".
Dan Albert cree que la promesa no es factible y advierte que los clientes que lo crean al pagar por adelantado los US$ 3,500 requeridos por Tesla para esta opción “otorgan un préstamo sin intereses a la compañía”.