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El martes, la principal asociación de la industria farmacéutica estadounidense reveló que había gastado el récord de US$ 27.5 millones en lobby en el 2018, US$ 1.4 millones más que en el 2009, cuando el Congreso y la Casa Blanca crearon la Ley de Atención Médica Accesible, la reforma del sector de salud más conocida como Obamacare.

La disparada de los gastos de la Pharmaceutical Research and Manufacturers of America llegó en un momento en el que la industria no logró imponer una reforma legislativa de último momento que habría reducido su proporción de gastos en un programa popular de Medicare y mientras se preparaba para el que podría ser su año más difícil en décadas.

PhRMA, la asociación sectorial de los principales laboratorios estadounidenses, gastó más de US$ 6 millones en hacer lobby ante el Congreso y el Gobierno de Donald Trump en el cuarto trimestre, de acuerdo con revelaciones presentadas a la Oficina de Registros Públicos del Senado. Su trimestre más gastador de la historia se dio en los primeros tres meses del 2018, cuando informó haber invertido casi US$ 10 millones. Una portavoz del grupo no quiso hacer comentarios.

Ira popular
Una de las pocas cuestiones en las que están de acuerdo Trump y los demócratas, que acaban de tomar el control de la Cámara de los Representantes de EE.UU., es en abaratar los medicamentos recetados. Ambas partes buscarán lograr algo de lo que jactarse en una época en la que la industria farmacéutica se volvió blanco de la ira popular.

Los documentos presentados abarcan el período de las elecciones legislativas del año pasado. Los costos de los remedios fueron uno de los principales temas de campaña en muchas elecciones para ambas cámaras del Congreso.

El Gobierno de Trump propuso planes para aumentar la negociación con terceros para algunos remedios de Medicare, el programa de salud para los ancianos y los discapacitados. El Gobierno también quiere crear referencias para los precios que paga Medicare por sus remedios en base a los que paguen otros países desarrollados. En Europa, por ejemplo, los precios suelen ser más bajos porque los fija el Gobierno.

Por su parte, los representantes demócratas iniciaron una investigación sobre las prácticas de fijación de precios de la industria. El Comité de Supervisión y Reforma envió pedidos de información detallada sobre estas prácticas a una docena de empresas, entre ellas Pfizer Inc., Amgen Inc. y AstraZeneca.

El agujero de la rosquilla
La industria trató de eliminar leyes, aprobadas por el Congreso hace casi un año, que exigen a los laboratorios que otorguen descuentos del 70% —antes debían ser del 50%— a los beneficiarios de Medicare que superen un techo anual de US$ 3,750 para los costos de los remedios pagados de su propio bolsillo.

Cuando los beneficiarios superan los US$ 5,000 en ese tipo de gastos, incluyendo los descuentos que ofrecen los laboratorios, Medicare vuelve a asumir los costos. Este vacío en la cobertura se conoce como el “agujero de la rosquilla”.

De no poder revertir ese descuento, los laboratorios tendrán que pagar hasta US$ 1,900 millones en el 2019, según una estimativa.