millennials
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Últimamente olvido la edad de todos. Amigos, y familiares resisten la mediana edad con ejercicios vigorosos, dietas cuidadosas y visitas regulares al médico. Incluso si un cincuentón parece cincuentón, suele vestirse o salir de fiesta como si todavía fuera veinteañero.

Nuestra capacidad de fetichizar la juventud nunca deja de sorprender. Pero aunque los estadounidenses mayores definitivamente quieren lucir más jóvenes, sin duda no quieren sus finanzas. Esto se evidencia en el hecho de que la disparidad de riqueza entre las generaciones no para de ensancharse, y el futuro de sus hijos comienza a verse feo.

Hace solo dos años, la mediana para los estadounidenses nacidos en los años ochenta —la cuna de los — tenía una fortuna familiar 34% por debajo de las generaciones anteriores a su misma edad, informó el mes pasado el Banco de la Reserva Federal de St. Louis. Y todos los datos muestran que la cosa probablemente empeore.

Mientras los prósperos dan gracias a años de mercados por las nubes por sus hipotecas amortizadas y carteras rellenitas, los millennials y la siguiente cohorte, la , quedan aplastados por préstamos estudiantiles y salarios estancados. Solo pueden aportar lo mínimo posible a sus planes de jubilación y tienen problemas para encontrar casas accesibles a distancia de transporte público de sus empleos.

Conflictos
Por supuesto, es totalmente normal que los que recién comienzan tengan menos dinero en el banco. Sin embargo, la Fed de St. Louis advirtió que incluso teniendo eso en cuenta, los estadounidenses jóvenes están quedando peligrosamente rezagados. Durante un tiempo, lo mismo le pasó a la Generación X, gracias a la crisis financiera de 2008. Pero desde entonces sus miembros lograron compensar la mayor parte del déficit y aprovecharon la expansión económica más extensa en décadas.

Por algún motivo, ese período de crecimiento tremendo apenas si ayudó a los millennials. La Fed de St. Louis describió esta anomalía como “una oportunidad perdida porque es improbable que la apreciación de los activos sea tan veloz en el futuro cercano”. Es una noticia bastante mala para los veinteañeros y treintañeros que quizás esperaban compensar el tiempo perdido. Pero la cosa se pone peor.

Para el 2034, el Seguro Social de EE.UU. no podrá pagar todos los beneficios, estimaron los administradores del programa este mes. Una solución que rectificase sus finanzas probablemente exigiría más impuestos y más recortes de beneficios... todo financiado por los trabajadores más jóvenes.

Los boomers, que están abandonando en masa la fuerza laboral, ya estarán cómodos o fuera de este mundo para cuando se termine la prosperidad.Arreglar el Seguro Social no es el único tema en el que los estadounidenses más jóvenes tienen prioridades diferentes a las de sus mayores.

El presidente de EE.UU., Donald Trump, fue electo por los votos de estadounidenses mayores a favor de recortar impuestos y achicar el papel del Gobierno, mientras que el voto joven fue en masa al senador Bernie Sanders, partidario de reconstruir los programas sociales y crear un seguro de salud nacional.

“Creo que vamos a ver cada vez más conflictos”, dijo Susan MacManus, profesora emérita de Ciencia Política en la University of South Florida. Una señal de que “esa generación enorme se está dando cuenta de la situación es que observamos niveles récord de candidatos más jóvenes a todo tipo de cargos públicos”, añadió.