El rendimiento de los bonos es una destacada medida del retorno que dan estos activos a los inversores y suelen ser un indicador de las tasas de interés.
El rendimiento de los bonos es una destacada medida del retorno que dan estos activos a los inversores y suelen ser un indicador de las tasas de interés.

¿Invertida qué? Las búsquedas en del término “curva de rendimiento invertida” se han disparado después de que el inusual fenómeno hizo acto de presencia la semana pasada en el mercado de bonos por vez primera en 12 años, contribuyendo al desplome de Wall Street en medio de temores a una inminente recesión económica.

Tras un tuit del presidente de Estados Unidos, , haciendo referencia a la “¡LOCA CURVA DE RENDIMIENTO INVERTIDA!”, el término se abrió paso en sitios web de noticias y en reportes de radio y televisión, que raras veces suelen abordar estos conceptos financieros.

Hasta la estrella de la televisión nocturna Stephen Colbert dedicó una parte de su programa a descifrar qué significa que el rendimiento de los bonos a 10 años del Tesoro estadounidense caiga por debajo del de los que vencen en dos años.

Esta dinámica anormal del mercado de bonos suele preceder a las recesiones en Estados Unidos y, cuando apareció el miércoles por vez primera desde el 2007, sacudió a unos inversores ya preocupados por una guerra comercial con China que podría poner fin a una expansión económica récord y a un mercado alcista para las acciones que dura ya una década.

Las búsquedas de “curva de rendimiento invertida” en internet en Estados Unidos se encaminan en agosto a cerrar su mes más elevado, más del doble que el siguiente, diciembre de 2005, según la herramienta de análisis de Google Trends.

Diciembre del 2005 fue la última vez que las notas de dos y 10 años del Tesoro entraron en una tendencia invertida, que continuó hasta el 2007 y fue seguida por la crisis financiera global y la peor recesión desde la Gran Depresión.

El rendimiento de los bonos es una destacada medida del retorno que dan estos activos a los inversores y suelen ser un indicador de las tasas de interés.

Cuando los rendimientos de papeles con diferentes vencimientos son representados en un gráfico, producen una curva que suele tener un sesgo alcista, ya que los inversores esperan una mayor compensación por el riesgo de apostar por deuda a más largo plazo. Una inversión, que ocurre cuando los retornos a más corto plazo superan a los de vencimiento más tardío, implica que los inversores ven un mayor riesgo en el futuro cercano.

aporta datos sobre la frecuencia de búsquedas durante un periodo de tiempo relacionado con otros lapsos temporales. No presenta la cifra actual de búsquedas en la web.

Después de que las búsquedas de “curva de rendimiento invertida” en Google se dispararon en 2005, la curiosidad por el término fue baja durante una década, hasta diciembre del 2018.

En esa época fue cuando los rendimientos de las notas a cinco años cayeron por debajo de los de dos años, aumentando las referencias a una posible recesión y las dudas sobre si el retorno de la deuda a 10 años -seguida de forma más estrecha- se invertiría, algo que ocurrió finalmente la semana pasada.

La curva de rendimiento en Estados Unidos se ha estado invirtiendo lentamente desde el 2013 o antes y, a pesar de que los economistas y autoridades de los bancos centrales han debatido de forma intensa su significado, la tendencia ha pasado bastante desapercibida en general para el gran público.

El diferencial entre los rendimientos de las notas a dos y 10 años ha caído por debajo de cero antes de cada una de las cinco últimas recesiones, aunque estas han tardado en aparecer entre 12 y 24 meses. La inversión solía desaparecer antes del comienzo de la recesión y no predecía su duración o gravedad.

La curva de rendimiento ha vuelto a la normalidad desde el miércoles y los bonos referenciales a 10 años rendían al 1,611% el lunes, unos 0.05 puntos porcentuales más que las notas equivalentes a dos años.

Economistas e inversores están atentos a si la curva vuelve a invertirse y se convierte en una tendencia, lo que aumentaría la preocupación en Wall Street y añadiría presión a la Reserva Federal para que rebaje las tasas de interés para impulsar a la economía.

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