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Incluso antes de que las últimas turbulencias en la política italiana sacudieran los mercados globales el martes, las acciones de Estados Unidos caían y los rendimientos de los títulos del Tesoro a 10 años retrocedían por debajo del 3%.

Lo que hace que los movimientos sean tan notables es que se espera que el crecimiento económico repunte en el trimestre actual luego de una desaceleración en los primeros tres meses del año, y que los recortes de impuestos aprobados en diciembre están impulsando las ganancias corporativas.

El reciente cambio de opinión en los mercados se debe a una serie de incertidumbres relacionadas con las políticas comerciales de la administración Trump.

En particular, la continua amenaza de restricciones a las importaciones de una amplia gama de socios comerciales provocará represalias que afectarán a los consumidores estadounidenses, los mercados financieros y las actividades de las empresas multinacionales.

Los inversores deben estar atentos a que la volatilidad resultante desaliente las inversiones en acciones e impulse la demanda de deuda de alta calidad.

La volatilidad del mercado esta semana ha sido impulsada en gran medida por los acontecimientos políticos en Italia, y en menor medida, en España.

El índice CBOE Volatility Index, o VIX (también conocido como el "índice del miedo"), registró el martes su mayor aumento desde marzo ante la perspectiva de nuevas elecciones luego que el presidente del país y la coalición populista que esperan formar el próximo gobierno no lograron acuerdo sobre el nuevo ministro de finanzas.

Los rendimientos soberanos y la volatilidad disminuyeron al día siguiente, cuando Luigi Di Maio, líder del partido Movimiento 5 Estrellas, sugirió que llegar a un acuerdo para salvar al gobierno era probable.

A medida que el efecto de Italia sobre el índice VIX desaparece, los inversionistas deberían esperar que los cambios frecuentes en la posición de Estados Unidos sobre el comercio, en lugar de factores externos, sean el principal factore que indice en la volatilidad.

Eso, a su vez, debería impulsar la preferencia por inversiones consideradas como refugios, como los títulos del Tesoro de EE.UU.

Como tal, los títulos del Tesoro repuntaron el jueves junto con el dólar y el yen y el VIX subió luego de que el secretario de Comercio, Wilbur Ross, dijera que la administración Trump impondrá aranceles al acero y aluminio importados de la Unión Europea, Canadá y México para ayudar a proteger al sector manufacturero estadounidense.

Durante un foro comercial de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico el miércoles en París, Ross dijo que EE.UU. comenzaría a imponer aranceles del 25% al acero y del 10% al aluminio importado de la UE a partir del 1 de junio, tras el vencimiento de una prórroga de 30 días que el presidente Donald Trump había extendido.

La UE dijo que impondría aranceles contra las importaciones estadounidenses en represalia por los nuevos gravámenes estadounidenses. Entre las medidas que el bloque ya ha indicado que aplicaría están los productos de consumo, productos agrícolas y de acero de muchos distritos electorales republicanos clave.

El sector agrícola estadounidense depende en gran medida de las exportaciones y es vulnerable a las acciones extranjeras, más que la economía estadounidense en general.También se espera incertidumbre y volatilidad de mercado producto de la situación con China.

El secretario del Tesoro de EE.UU., Steven Mnuchin, declaró el 20 de mayo que la guerra comercial con China estaba "en espera" mientras ambas partes negocian los términos de un nuevo acuerdo.

Pero Trump puso el conflicto nuevamente en juego con su declaración del 29 de mayo de que EE.UU. impondría aranceles sobre US$ 50,000 millones en productos chinos.Trump también limitaría las inversiones chinas en el sector de alta tecnología de EE.UU.

La postura negociadora de EE.UU. sobre el comercio con China se tornó más caótica el miércoles, luego que el asesor comercial de Trump, Peter Navarro, calificó los comentarios de Mnuchin como "desafortunados".

Navarro sugirió que no había habido una pausa en el conflicto comercial y que EE.UU. estaba "listo para cualquier cosa" para enfrentar las represalias chinas contra las exportaciones agrícolas estadounidenses.

Las duras palabras pueden ser solo una táctica de negociación, pero inquietarán a los inversores, obligándolos a realizar cambios en sus asignaciones de activos en respuesta a las guerras comerciales intermitentes.

Finalmente, las conversaciones para reestructurar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte siguen sin resolverse.

La fecha límite del 17 de mayo que el presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, había establecido para la aprobación del tratado en el Congreso antes de las elecciones de mitad de período en noviembre, ya pasó hace mucho tiempo.

Ni Canadá ni México parecen estar cerca de aceptar una demanda clave de EE.UU. de imponer una "cláusula de caducidad", y el requisito de un nivel mínimo de contenido norteamericano para que los automóviles califiquen para aranceles preferenciales.

Y no es solo EE.UU. el que se enfrenta a un calendario político para llegar a un nuevo tratado con sus vecinos. Un candidato populista mexicano goza de una amplia ventaja en las encuestas de cara a las elecciones presidenciales del 1 de julio, y ha indicado que podría buscar nuevas negociaciones si el acuerdo alcanzado por la actual administración no cumple con su aprobación.

Una reapertura de las conversaciones sobre el TLCAN impulsaría aún más la volatilidad del mercado y crearía nuevas incertidumbres.

La incertidumbre relacionada con el comercio debería tener dos efectos principales para los cuales los inversores deberían prepararse: un aumento de la volatilidad y un mayor atractivo de las inversiones de bajo riesgo.

Por Komal Sri-Kumar

Esta columna no necesariamente refleja la opinión de la junta editorial o de Bloomberg LP y sus dueños.