Las tensiones comerciales entre Pekín y Washington han estado creciendo durante años, lo que llevó a la Administración Trump a denunciar a la nación asiática como “una amenaza al mundo.” Y sin embargo, el recuento de donaciones y contratos de China a universidades de Estados Unidos desde principios del 2013 se acerca a los US$ 1,000 millones.
Alrededor de 115 universidades recibieron obsequios monetarios, contratos, o ambos, de fuentes de China continental en los últimos seis años y medio hasta junio, según un análisis de Bloomberg de datos del Gobierno de Estados Unidos. A la cabeza se sitúa Universidad Harvard, que recibió US$ 93.7 millones, la mayoría como obsequios. La Universidad del Sur de California y la Universidad de Pensilvania ocuparon el segundo y tercer lugar.
China y sus ciudadanos están desempeñando un papel más importante en la vida de los campus de Estados Unidos, pese a que el presidente Donald Trump libra una guerra comercial contra la segunda mayor economía del mundo. La nación asiática fue el mayor contribuyente en el período, después de Catar con US$ 1,800 millones, y el Reino Unido con US$ 1,100 millones. Estas relaciones más estrechas podrían estar en peligro tras el arresto de un profesor de química de Harvard acusado de mentir sobre sus conexiones con China y ocultar pagos de una universidad china.
“China es una amenaza para el mundo en cierto sentido, porque están desarrollando un Ejército más rápido que nadie y, francamente, están usando dinero estadounidense”, dijo Trump a los medios en una conferencia de prensa en septiembre mientras hablaba del comercio global con el primer ministro de Australia.
El arresto de la semana pasada se produjo mientras Estados Unidos combate lo que dice que es robo de propiedad intelectual y espionaje corporativo orquestado por Pekín. Las políticas de la Administración Trump ya han frenado la afluencia de estudiantes chinos.
Aún así, el número de estudiantes chinos en las universidades estadounidenses casi se ha triplicado en más de diez años. China representa un tercio de los 1.1 millones de estudiantes extranjeros, según datos del 2018-19 compilados por el Instituto de Educación Internacional. Las escuelas han estado mirando a otras partes del mundo para ocupar plazas y encontrar efectivo ante los recortes del Gobierno.
“Cuando llegan 370,000 estudiantes de China aquí, hay muchas conexiones personales entre instituciones estadounidenses y ex alumnos chinos e instituciones académicas”, dijo Nate Johnson, consultor independiente que trabaja con funcionarios estatales y universitarios en temas de presupuesto.
Estados Unidos ha estado recabando datos sobre relaciones internacionales con universidades durante más de 30 años. El Congreso “equilibró la libertad académica y la seguridad nacional” al hacer obligatoria la declaración de contratos o regalos de cualquier fuente extranjera valorados en US$ 250,000 o más en un año natural, dijo el Departamento de Educación.
Así como el Gobierno de Estados Unidos ha expresado preocupación por la inteligencia y la influencia de China en las universidades, también lo han hecho cargos en el Reino Unido. La Universidad de Oxford dejó de aceptar fondos de investigación o filantropía del gigante chino de telecomunicaciones Huawei Technologies Co. el año pasado.
Estados Unidos quiere recabar más información sobre fondos internacionales para las universidades y quiere mejores informes. En el último año, quedó de manifiesto que existe un “incumplimiento generalizado en todas las universidades de Estados Unidos”, según un portavoz del Departamento de Educación.
Las escuelas temen que los secretos comerciales o los nombres de donantes individuales puedan quedar expuestos, dijo Terry Hartle, vicepresidente sénior del grupo comercial American Council on Education.
Alrededor de US$ 12,000 millones a universidades estadounidenses en el período procedían de fuentes extranjeras. Hong Kong, contado por separado, representaba US$ 700 millones.
Harvard, que concluyó una campaña de recaudación de fondos en el 2018 en la que captó más de US$ 9,600 millones, atrajo a donantes de 173 países, según un portavoz. Las otras compañías y consultoras no respondieron a las solicitudes de comentarios.
La financiación de escuelas menos ricas podría tener un impacto mayor que las decenas de millones que van a la Ivy League, dijo David Bergeron, ex subsecretario adjunto del Departamento de Educación de Estados Unidos.
“Los grandes obsequios a Harvard llaman la atención, pero las donaciones menores a instituciones más pequeñas, con menos recursos, pueden tener un impacto en cómo abordan las enseñanzas relacionadas con ese país”, dijo.