Donald Trump
Donald Trump

No espere un resurgimiento de las fusiones y adquisiciones tecnológicas hasta que la creciente guerra comercial de Donald Trump con China se enfríe.

La adquisición de NXP Semiconductors por NV Qualcomm Inc. en US$ 44,000 millones —un acuerdo de dos años que quedó atrapado en la disputa arancelaria—fue cancelada. La transacción había recibido luz verde de reguladores de todo el mundo, excepto China.
Incluso había sido aprobada por las agencias chinas responsables de examinar las fusiones, según dijeron personas familiarizadas con el asunto, pero el gobierno nunca dio la autorización final.

Empresas de tecnología, especialmente fabricantes de semiconductores y otras empresas de hardware, esperaban a que se cerrara el acuerdo de Qualcomm y NXP antes de decidir si emprender sus propias adquisiciones, de acuerdo expertos de la industria.
Como el mercado más grande del mundo de chips y teléfonos inteligentes, China es tal vez el regulador más importante del mundo de hardware tecnológico.

Los ejecutivos no quieren que sus transacciones se conviertan en el próximo peón en la guerra comercial de Estados Unidos con China, lo que los ha llevado a enfrentar con cautela las situaciones que involucran la aprobación de los reguladores chinos.

"Ciertamente genera preocupaciones sobre futuras fusiones y adquisiciones", señaló Michael Walkley, analista de Cannacord Genuity Inc. "Hay una creciente incertidumbre sobre cuánto tiempo durarán los problemas con China y si continuarán bloqueando acuerdos".

Mientras tanto, los acuerdos del sector de tecnología e infraestructura enfrentarán un mayor escrutinio por parte del organismo regulador de Estados Unidos que evalúa las transacciones extranjeras, según Bloomberg Intelligence.

Las facultades del Comité de Inversión Extranjera de Estados Unidos (CFIUS, por sus siglas en inglés) se ampliarán en virtud de un proyecto de ley que se espera que el Congreso apruebe en agosto.

Bloquear compras
La ley también aumentará los motivos para bloquear ofertas, incluyendo consideraciones tales como ciberseguridad, y otorgará al presidente mayores facultades para suspender adquisiciones. Trump ya prohibió dos adquisiciones de empresas de semiconductores por parte de compradores extranjeros.

La incertidumbre perjudica la negociación de acuerdos, y las interacciones de la administración de Trump con China a veces han sido difíciles de interpretar. En un sorpresivo mensaje en Twitter en mayo, Trump dio pie atrás respecto de las sanciones contra la compañía de telecomunicaciones china ZTE Corp. que había impuesto el Departamento de Comercio de Estados Unidos.

No quedó claro si el departamento estuvo involucrado en la decisión de Trump sobre ZTE. Levantar la prohibición de venta de ZTE era una demanda clave de China en el marco de conversaciones más amplias para evitar una guerra comercial. La disputa se intensificó este mes cuando Trump dijo que estaba preparado para imponer aranceles a todas las importaciones chinas.

Para los potenciales compradores, las adquisiciones no consumadas pueden ser costosas. En el caso de Qualcomm, deberá pagar a la empresa holandesa NXP una indemnización de US$ 2,000 millones por romper el acuerdo. Sin la adquisición, Qualcomm, con sede en San Diego, ahora planea gastar US$ 30,000 millones de su efectivo en recompras para apaciguar a los inversionistas.

El máximo ejecutivo de Qualcomm, Steve Mollenkopf, dijo que no esperaba que las tensiones entre Estados Unidos y China cambiaran significativamente en el futuro cercano, lo que llevó a su empresa a tomar la decisión de cancelar el acuerdo.

Mollenkopf señaló que seguía apoyando la transacción de NXP y la lógica detrás de ella, aunque no estaba claro si el resultado indicaba alguna diferencia en si Qualcomm podría buscar otros acuerdos.