Donald Trump
Donald Trump

Los fabricantes y concesionarios de autos estadounidenses entonan el mismo leitmotiv en su reacción contra el discurso del presidente estadounidense referido a una : si la retórica se intensifica, todos saldremos lastimados.

“Solamente perdedores” surgirán de una batalla entre los Estados Unidos y la Unión Europea por los aranceles, dijo Bernhard Mattes, presidente del lobby de la industria automotriz alemana, VDA, que representa a fabricantes como y BMW AG.

El máximo responsable de y un grupo que representa a los concesionarios de autos estadounidenses se hizo eco de ese sentimiento casi literalmente tras las amenazas de acciones de represalia entre Trump y Jean-Claude Juncker, presidente de la Comisión Europea.

Los comentarios sugieren que el sector automotor podría formar un frente unificado después de que el presidente estadounidense tuiteó que tal vez aplique gravámenes a los , los Audi y otros autos enviados desde Europa si los aranceles estadounidenses proyectados para el acero y el aluminio importados sufren represalias.

Todos perderán, incluido Volvo Cars, si se produce una escalada de las tensiones comerciales, dijo el máximo responsable, Hakan Samuelsson, a periodistas en vísperas del Salón del Automóvil de Ginebra. 

Los aranceles podrían afectar los planes del fabricante de exportar desde una planta que está construyendo en Carolina del Sur, donde la mitad de los 4,000 empleos que tiene proyectados se vincula con el envío de sedanes S60 y vehículos utilitarios deportivos XC90 a mercados extranjeros.

‘Nadie gana’
“Nadie gana una guerra comercial”, dijo este lunes Cody Lusk, presidente de la Asociación Internacional de Concesionarios Automotores de los Estados Unidos.

Las marcas europeas representan aproximadamente la cuarta parte de los 9,600 concesionarios de marcas internacionales del país que aglutina este grupo empresarial. “Estos aranceles paralizarán las ventas de autos, que ya están disminuyendo”.

Trump tuiteó durante el fin de semana que los autos europeos “ingresan libremente” a los Estados Unidos y han generado un “gran desequilibrio comercial”. Sin embargo, dado que se fabrican cada vez más autos alemanes en los Estados Unidos, el déficit nacional con la economía más grande de Europa se redujo el año pasado a unos 64,000 vehículos.

Los aranceles sobre el acero y el aluminio que anunció Trump la semana pasada desataron una tormenta que podría comprometer las negociaciones para reelaborar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (). 

El representante comercial estadounidense, Robert Lighthizer, dijo que se agota el tiempo para rehacer el pacto dado que Canadá y México reaccionaron en contra de los gravámenes que el presidente todavía no determinó.

“Considero que el gobierno estadounidense sabe que anteriormente teníamos acuerdos como el TLCAN que no deberían destruirse por capricho”, dijo el máximo responsable de Volkswagen, Matthias Mueller, en una entrevista con Bloomberg Television. “Todos pusimos nuestros esfuerzos en la globalización en estas últimas décadas y me parece que no deberíamos echar por tierra esa idea con tanta facilidad”.

El nuevo gobierno de Alemania defenderá a su industria automotriz y establecerá como prioridad inmediata evitar una guerra comercial con los Estados Unidos, dijo un alto funcionario de la coalición de la canciller Angela Merkel. Jens Spahn, el ministro de Salud designado, exhortó a Trump a buscar una senda menos polémica y evitar un círculo vicioso, señalando que la amenaza de una guerra comercial pasó a ocupar el primer lugar en la agenda de Alemania.

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