Donald Trump
Donald Trump

El presidente Donald Trump ha tomado la decisión de despojar a algunos exportadores turcos de su estado comercial preferencial, una jugada tomada de un libro estratégico que ha sido efectiva en el pasado.

Los funcionarios estadounidenses están presionando a Ankara para que abandone su antiguo acuerdo de compra de un sistema de defensa aérea ruso. La última vez que Washington aumentó la presión sobre su aliado de la OTAN para obligarlo a ceder en un tema clave, y liberar a un pastor estadounidense, llevó a la economía turca al borde del colapso y ésta aún no se ha recuperado por completo.

La decisión comercial del lunes "es un paso político destinado a evitar que Turquía compre misiles S-400 de Rusia", dijo Ilter Turan, profesor de relaciones internacionales en la Universidad Bilgi de Estambul, el martes por teléfono. "EE.UU. está reduciendo el potencial de Turquía para aumentar sus exportaciones al mercado estadounidense, sabiendo que dañará la economía del país".

Entre los países que han enfrentado las amenazas comerciales de Trump, Turquía es un caso atípico. EE.UU. tiene un superávit con Turquía, lo que hace que haya menos justificación económica para alterar los términos de intercambio. Los déficits comerciales más grandes de EE.UU. son con China, México, Alemania y Canadá, cada uno de los cuales ha estado bajo presión para renegociar los acuerdos comerciales.

Según el informe del Servicio de Investigación del Congreso emitido en enero, se verán afectados cerca de US$ 1,700 millones en exportaciones turcas, o alrededor del 1% de las exportaciones totales de Turquía.

El ministro de Comercio, Ruhsar Pekcan, dijo en Twitter que la medida socavaba el objetivo de los dos países de aumentar el comercio bilateral a US$ 75,000 millones en los próximos años. En el 2017, solo fue de poco más de US$ 21,000 millones, de los cuales cerca de US$ 12,000 millones correspondían a importaciones turcas desde EE.UU.

Tecnología de la OTAN
EE.UU. no quiere que Turquía compre el sistema de defensa de misiles ruso porque podría comprometer la tecnología de la OTAN. Washington tampoco está contento con la creciente huella de Moscú en el Medio Oriente.

Para tratar de alejar a Ankara del S-400, el Departamento de Estado de EE.UU. ofreció vender a Turquía su sistema de defensa de misiles Patriot. Pero el mes pasado, Turquía volvió a señalar que no se trataba de una propuesta restrictiva, que estaba revisando los términos de EE.UU. para una venta de Patriot y que esperaba una entrega de misiles S-400 desde Moscú a partir de julio.

Los lazos turco-estadounidenses siguen siendo tensos en una serie de disputas, incluso después de que Turquía calmara el enfrentamiento sobre el pastor Andrew Brunson y lo liberara en octubre. Los principales desacuerdos radican en el apoyo de Washington a una fuerza kurda siria que Ankara considera un enemigo mortal, la exigencia de Turquía de que EE.UU. extradite a un predicador al que acusa de instigar el intento fallido de golpe de estado en el 2016 y la condena en EE.UU. de un banquero turco por cargos relacionados con infracciones a las sanciones de Irán.

El presidente estadounidense ya ha amenazado explícitamente en el pasado con " devastar a Turquía económicamente” si ataca a las fuerzas kurdas en Siria después de una retirada planificada de EE.UU.
Altos funcionarios de ambos países se reunirán en Ankara el martes para tratar de reducir la brecha sobre Siria y los planes de Turquía de comprar misiles rusos avanzados S-400.

En las conversaciones, también se espera que James Jeffrey, representante especial de EE.UU. para el compromiso con Siria, discuta sobre la formación de una zona segura de Siria a lo largo de la frontera turca y quién la vigilará. Turquía quiere que su propio ejército controle la zona segura en lugar de una fuerza internacional, para así mantener a los kurdos lejos de la frontera.