Estados Unidos
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Los funcionarios del gobierno de Estados Unidos, en sus esfuerzos por calcular el producto interno bruto del país, no están considerando la medición de la tecnología en rápida evolución, en especial respecto a la de teléfonos inteligentes que proporcionan productos digitales comúnmente gratuitos como Google Maps y Snapchat, según un análisis de Goldman Sachs Group Inc.

La medición incorrecta subestima el ritmo anual del crecimiento del PBI ajustado a la inflación en alrededor de 1 punto porcentual, en comparación con 0.5 puntos en el 2005 y 0.3 puntos en 1995, según un informe esta semana del economista Spencer Hill.

Basó la evaluación en el PBI en cuatro categorías: Producción nominal no medida, productos digitales gratuitos y de participación colectiva, inflación del consumidor e inversión empresarial en tecnología de la información y la comunicación.

"Esto es algo mayor a nuestras estimaciones anteriores e implicaría que aproximadamente la mitad de la desaceleración de la productividad posterior a la crisis se explica por un error de medición mayor", escribió Hill en un informe.

También advirtió que la incertidumbre en torno a las estimaciones es grande, en particular con respecto a los bienes digitales y la inflación de los consumidores en atención médica.

El último informe de Goldman sigue una investigación reciente sobre el desafío de medir correctamente el PBI, la medida más amplia de la producción de todos los bienes y servicios, y refleja la rápida evolución de las ofertas digitales.

Hill citó un documento de trabajo de junio realizado por David Byrne de la Junta de la Reserva Federal y Carol Corrado de The Conference Board, quienes estiman que las innovaciones en entregas de contenido a los consumidores contribuyeron más de 0.5 puntos porcentuales al crecimiento del PBI durante los últimos 10 años.

Hill de Goldman consideró en el nuevo informe que los teléfonos inteligentes por sí solos representan entre US$ 100,000 millones y US$ 225,000 millones del consumo real no contabilizado. En un informe de junio del 2018, Hill estimó que el consumo real no contabilizado de los teléfonos inteligentes era superior a US$ 175,000 millones.