Jerome Powell, presidente de la Fed. (Foto: Reuters)
Jerome Powell, presidente de la Fed. (Foto: Reuters)

Hace un año, el presidente de la Reserva Federal (Fed) estadounidense, Jerome Powell, advertía a los gobernadores de bancos centrales sobre los riesgos significativos de no contar con guías claras sobre la política monetaria y acerca de la falta de precedentes en la implementación de medidas en tiempos de incertidumbre.

Y ahora, mientras Powell alista su discurso de esta semana para la conferencia anual de bancos centrales de Jackson Hole -que este año de realiza de manera virtual por la pandemia-, la incertidumbre y el peligro que el COVID-19 representa para el crecimiento económico se ve más amenazador que nunca.

Todo parece incierto: la propagación del coronavirus, las muertes que se esperan por la pandemia y el número de contagios en el mundo. Los inversores sobrellevan también una atmósfera cargada por las complejas discusiones sobre un nuevo paquete de ayuda fiscal de Washington.

A esto se suman las tormentas políticas que se están gestando antes de las elecciones presidenciales de Estados Unidos del 3 de noviembre, luego de que el presidente Donald Trump expresó dudas sobre la imparcialidad del proceso electoral y sus resultados.

Ante este panorama, se espera que Powell inaugure el jueves la conferencia anual de Kansas City con más detalles sobre los planes del banco central para revisar su política monetaria ante un mundo agobiado por una inflación persistentemente baja y tasas de interés congeladas por efecto de las medidas de la Fed para estimular la actividad.

La poca certeza sobre el panorama económico, que según expertos paraliza el gasto de los hogares, la inversión de las empresas y la producción fabril, podría sumar presión para que la Fed refuerce su arsenal de política monetaria.

Cuando tienes altos niveles de incertidumbre, esto tiende a indicar que la política monetaria es menos eficaz”, dijo Nicholas Bloom, profesor de economía de la Universidad de Stanford. “Para un efecto deseado vas a necesitar muchos más”.

Una medición de la incertidumbre económica que Bloom desarrolló junto a colegas se ha disparado este año.

Y un reciente estudio divulgado la semana pasada por la Fed sugiere que "los impactos de la incertidumbre" se acumulan con el tiempo, de modo que varias crisis consecutivas pueden causar un daño mucho mayor a las perspectivas de la economía que cada uno de estos episodios individualmente.

Más allá de que los economistas reconozcan que la incertidumbre pone en peligro al crecimiento, lo cierto es que "el actual paradigma es comprender los verdaderos efectos de esta incertidumbre", escribieron los investigadores.

La incertidumbre es enorme y creo que eso importa mucho a quienes lideran la economía, y en consecuencia para la propia economía”, dijo el presidente de la Fed de Richmond, Thomas Barkin, previamente este mes. “Muchos se sienten como congelados en el tiempo por la incertidumbre de hoy”.

En declaraciones similares a los comentarios de las minutas de la última reunión de la Fed, Barkin dijo que los principales factores tras la incertidumbre son, por supuesto, el virus, y las dudas sobre si el Gobierno estadounidense podrá acordar un nuevo paquete de ayuda fiscal para soportar la crisis por la pandemia.