Sin ayuda federal, las opciones de los estados son las de aumentar impuestos -algo difícil en una recesión- o reducir los gastos en maestros, policías y servicios como ya ocurrió durante la crisis financiera mundial. AFP / Johannes EISELE
Sin ayuda federal, las opciones de los estados son las de aumentar impuestos -algo difícil en una recesión- o reducir los gastos en maestros, policías y servicios como ya ocurrió durante la crisis financiera mundial. AFP / Johannes EISELE

En el descentralizado sistema estadounidense, la pandemia del COVID-19 está secando las finanzas públicas de ciudades y estados y sin la ayuda del gobierno federal los perjuicios serán duraderos y más lenta la recuperación económica.

Los estados, que emplean maestros, policías y bomberos, “están sufriendo por una muy tóxica combinación de menores ingresos...y más gastos”, dijo Robert Maxim, del centro de estudios Brookings Institution.

Muchas ciudades y varios estados aún no se han recuperado totalmente de la recesión del 2009 y ahora la paralización impuesta para frenar el avance del los priva de impuestos a las ventas que pagan tiendas, bares, restaurantes y hoteles, que representan cerca del 30% de sus ingresos.

En momentos en que los gastos sanitarios y la demanda de subsidios por desempleo se dispararon a US$ 40,000 millones desde mediados de marzo, el plazo para pagar el impuesto a los ingresos se extendió hasta el 15 de julio. Eso significa que los estados demorarán más en recaudar dinero.

A diferencia del gobierno federal, que puede funcionar con déficit, muchos estados están obligados a tener un presupuesto equilibrado y generalmente solo pueden endeudarse para proyectos específicos como escuelas o parques pero no para situaciones de emergencia.

En consecuencia “no tienen forma de mantener sus niveles de gasto”, dijo Nathan Favero, académico de la American University.

‘No hay plan B’

Sin ayuda federal, las opciones de los estados son las de aumentar impuestos -algo difícil en una recesión- o reducir los gastos en maestros, policías y servicios como ya ocurrió durante la crisis financiera mundial.

Si el estado decide replegarse y reducir su gasto en educación, eso tendrá probablemente un efecto mayor en los distritos de menores ingresos. Y exactamente eso es lo que encontramos después de la crisis financiera”, acotó Favero.

Gobernadores como el republicano Larry Hogan, de Maryland, dijeron en abril al gobierno del presidente que los estados no serían capaces de absorber el shock causado por la paralización económica una vez que lo reservado para situaciones de dificultad se agote.

El alcalde Nueva York, , dijo a comienzos de mes que sin auxilio federal se verá obligado a reducir la cantidad de policías, bomberos y funcionarios de la salud.

El gobernador demócrata de California, Gavin Newson, dijo que frenará los programas para pobres e inmigrantes y recortará los subsidios a la educación pública.

Dan White, investigador de la consultora Moody’s Analytics, calculó que sin ayuda federal, se perderán más de tres millones de empleos públicos, lo cual le cortaría dos puntos porcentuales al PBI nacional.

No hay plan B”, advirtió White. “Apenas pueden emitir deuda a largo plazo y seguir el año que viene”, dijo.

El tiempo agota. Muchos estados y gobiernos locales tienen como fecha límite el 30 de junio para adoptar sus presupuestos para el 2021.

Cuestión política

La Asociación Nacional de Gobernadores demanda al Congreso que apruebe fondos de asistencia por US$ 500,000 millones.

Pero con las elecciones presidenciales de noviembre a la vista, ese pedido se convirtió en una cuestión política.

¿Por qué el pueblo estadounidense y los contribuyentes deberían socorrer a estados mal manejados...liderados y gobernados por demócratas cuando muchos de los otros estados no piden ayuda?”, tuiteó Trump, quien está buscando la reelección.

Maxim advierte que los ataques de Trump pueden “estallar horriblemente” en la campaña.

Michigan, Pennsylvania y Wisconsin son estados electoralmente claves y están entre los más golpeados por la pérdida de empleos durante la pandemia.

Esos estados “tienen todos a gobernadores demócratas pero con Asambleas estatales republicanas”, observó Maxim.

Y muchos estados en manos de demócratas le aportan al gobierno federal más de lo que reciben, lo cual contrasta con varios estados gobernados por republicanos.

En un comunicado conjunto varios gobernadores instaron a un amplio acuerdo entre ambos partidos.

El coronavirus es apolítico. No ataca a demócratas o republicanos. Ataca a estadounidenses”, dijeron.

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