Armas
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En las semanas que han transcurrido desde el , las grandes empresas estadounidenses se han encontrado en una posición conocida: presionadas para actuar en relación a temas sociales y políticos controvertidos en los que el gobierno no se pronuncia.

Es una tendencia que actualmente se manifiesta por empresas que cortan lazos con la Asociación Nacional del Rifle (NRA, por sus siglas en inglés) y los esfuerzos de los grandes inversores para reducir la exposición a los fabricantes de armas.

Pero con la política de Estados Unidos más polarizada que nunca, lograr avances en temas que Washington no ha abordado es cada vez más común para las empresas estadounidenses, desde gigantes tecnológicos como Alphabet Inc. hasta íconos del corazón del país como Walmart Inc.

Ya sea que estemos hablando de beneficios más generosos para las madres trabajadoras, el apoyo a grupos políticamente vulnerables o la intensificación de los esfuerzos para luchar contra el cambio climático, las empresas se están adentrando en un vacío que antes llenaban los líderes políticos y la retórica.

"Tenemos que hacerlo nosotros mismos", dijo Jeff McDermott, socio gerente de Greentech Capital Advisors, un banco de inversión de Nueva York que se enfoca en negocios sostenibles. "La caballería no viene".

Hay una serie de razones por las cuales las compañías están asumiendo los costos adicionales. Los consumidores, los empleados y, hasta cierto punto, incluso los accionistas insisten en que las empresas adopten políticas progresivas.

Alrededor del 60% de los consumidores en EE.UU. y el Reino Unido dice que sus decisiones han sido influenciadas por la política de una compañía, según una investigación de la firma de relaciones públicas Weber Shandwick; entre ellas, comprar productos para mostrar que su apoyo es una respuesta cada vez más popular.

'A los millennials les importa'
"A los millennials les importa y ahora hay más de ellos", señaló Rick Goings, presidente ejecutivo de Tupperware Brands Corp., en una entrevista en el Foro Económico Mundial en Davos, Suiza, en enero. "Habrá una serie de presidentes ejecutivos que realmente quieren un resultado final doble, de modo que las ganancias son una línea y la otra es el bien que uno hace".

Las secuelas del ataque del 14 de febrero en Parkland, Florida, en el que un adolescente armado con un rifle AR-15 mató a 17 personas, ha ilustrado cuán rápidamente la presión pública puede empujar a las compañías a actuar.

Incluso mientras Washington debate las respuestas políticas, entre ellas entregar armas a los maestros, compañías como Delta Air Lines Inc. y Hertz Global Holdings Inc. pusieron fin a los descuentos para los miembros de la NRA, y tanto Dick’s Sporting Goods Inc. como Walmart, dos de los minoristas de armas más grandes del país, adoptaron restricciones sobre los tipos de armas que venderán y a quién.

Los inversionistas más poderosos del mundo también se están sumando. Blackstone Group LP ha pedido a los administradores de fondos externos información sobre su exposición a la industria de las armas de fuego.

BlackRock Inc. dijo que está explorando formas de eliminar las inversiones relacionadas con armas de sus carteras si los clientes lo solicitan. BlackRock, el administrador de activos más grande del mundo, ha estado a la vanguardia en impulsar a las empresas para que adopten un mejor comportamiento.

En enero, el presidente Larry Fink escribió una carta abierta a los máximos ejecutivos instándolos a considerar que "la capacidad de una empresa para gestionar asuntos ambientales, sociales y de gobierno demuestra el liderazgo y buena gobernanza que son esenciales para el crecimiento sostenible".

La idea de que una empresa podría tener una agenda social junto con una estrategia corporativa no es nueva, pero se ha vuelto más urgente. Lo diferente ahora, dicen los ejecutivos, es la potente combinación de redes sociales y consumidores más jóvenes que son reacios a comprar productos o trabajar para empresas que no se alineen con sus valores.

Temas ambientales
Los datos de las encuestas sugieren que los millennials, que constituirán el 50% de la fuerza de trabajo mundial para el 2020, están más en sintonía con los temas sociales y ambientales que las generaciones mayores.

Un estudio del 2016 de empleados jóvenes realizado por Cone Communications, con sede en Boston, mostró que el 76% considera los compromisos sociales y ambientales de una empresa al momento de decidir dónde trabajar, en comparación con el 58% de la fuerza laboral en general.

Avances LGBT
Una de las áreas de mayor progreso ha sido fomentar la aceptación de empleados lesbianas, homosexuales, bisexuales y transexuales (LGBT por sus siglas en inglés). En el Índice de Igualdad Corporativa más reciente, una encuesta de la Campaña de Derechos Humanos que mide la inclusión de empleados LGBT en el lugar de trabajo, 14 de las 20 compañías más grandes, incluidas Ford Motor Co., General Electric Co. y Apple Inc., recibieron calificaciones del 100%.

Las empresas estadounidenses no han experimentado, por supuesto, una conversión masiva al altruismo: muchas promesas corporativas son más marketing que contenido, y pocas creen que las acciones voluntarias tomadas por las empresas puedan sustituir a las acciones gubernamentales significativas.