Taiwán, que disfruta de un sistema democrático, es gobernado de manera independiente, mientras que la República Popular de China promete recuperar lo que considera una provincia rebelde. (Foto: EFE / EPA / RITCHIE B. TONGO).
Taiwán, que disfruta de un sistema democrático, es gobernado de manera independiente, mientras que la República Popular de China promete recuperar lo que considera una provincia rebelde. (Foto: EFE / EPA / RITCHIE B. TONGO).

aclaró el viernes que mantiene “sin cambios” su política hacia , luego de que el presidente pareció poner en duda la “ambigüedad estratégica” que hasta ahora mantuvo la estabilidad en la región.

¿Qué es la “ambigüedad estratégica” y por qué sería arriesgado un compromiso firme y claro con Taiwán?

Dos Chinas rivales

Taiwán se separó de China en 1949, cuando las fuerzas nacionalistas del Kuomintang de Chang Kai-shek se refugiaron en la antigua isla de Formosa para establecer la República de China, tras perder la guerra civil frente a los comunistas de Mao Tse Tung, que tomaron el continente.

Taiwán, que disfruta de un sistema democrático, es gobernado de manera independiente, mientras que la República Popular de China promete recuperar lo que considera una provincia rebelde.

Durante los primeros 30 años, Pekín bombardeó regularmente los islotes taiwaneses más cercanos al continente. Luego, en 1992, ambas partes alcanzaron un “consenso” basado en el principio de “una sola China”, mientras se reservaban el derecho a hacer diferentes interpretaciones.

La autonomía de la isla se arraigó con el paso del tiempo. La presidenta Tsai Ing-wen considera que Taiwán “ya es independiente” y rechaza el principio de una sola China.

El Kuomitang, ahora en la oposición, está a favor de un acercamiento con Pekín y adhiere al “consenso de 1992″.

Cambio diplomático

En los años cincuenta, la mayoría de los países no reconocía a la República de China, pero las cosas empezaron a cambiar en las décadas de 1960 y 1970, cuando quedó claro que el Kuomitang no volvería al poder en Pekín y que era necesario establecer relaciones con la China de Mao.

En 1979, Estados Unidos estableció relaciones diplomáticas con la República Popular de China a expensas de Taiwán. Al mismo tiempo, adoptaron una política deliberadamente opaca hacia Taipei, conocida como “ambigüedad estratégica”, que se abstiene de indicar claramente en qué circunstancias intervendrían militarmente para defender la isla.

Esa política, enmarcada en Ley de Relaciones con Taiwán, evita provocar a Pekín, que podría verla como un pretexto para adoptar una postura más agresiva hacia Taiwán, pero también frenar cualquier inclinación de Taipéi a declarar formalmente la independencia.

Ambigüedad cuestionada

Esta ambigüedad ha permitido hasta ahora cierta estabilidad en la región pero ante la creciente agresividad de Pekín, algunos expertos estadounidenses, como el influyente presidente del Consejo de Relaciones Exteriores, Richard Haass, creen que “llegó el momento de que Estados Unidos persiga una política de claridad estratégica”.

Bajo la autoridad de Xi Jinping, China modernizó su ejército en los últimos años. El presidente chino, que se espera se postule para un tercer mandato el próximo año, reafirmó recientemente que la reunificación de Taiwán con China continental era “inevitable”.

Prometió que se haría por medios “pacíficos”, pero el ejército estadounidense ve a Taiwán como el próximo objetivo de Pekín tras la toma de Hong Kong y teme que sea difícil defender la isla contra un ejército chino, cuya modernización acelerada observan con preocupación.

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