Cada año se estima que centenares de veteranos del Ejército estadounidense son deportados del país que les mandó a las guerras de Afganistán e Irak, una tragedia ahora reflejada en el documental “Ready for War” estrenado en el Festival de Toronto.

Se estima que en la actualidad unas 35,000 personas que no tienen la ciudadanía estadounidense sirven en las Fuerzas Armadas de y cada año otros 8,000 residentes legales, en posesión de la tarjeta de residencia permanente (“green card”), se alistan en el Ejército.

Muchos de ellos son individuos que, aunque han nacido fuera de EE.UU., se han criado desde pequeños en el país y no tienen vínculos con los lugares a los que son deportados.

Pero en una política que se inició durante la presidencia de (1993-2001), cuando el Congreso aprobó la Ley sobre Reforma y Responsabilidad de la Inmigración Ilegal, los residentes que dejan las fuerzas armadas antes de que expire su contrato o los que tras ser dados de baja cometen algún delito son deportados.

Aunque las autoridades migratorias no proporcionan cifras sobre el número de veteranos que deporta cada año, activistas como Héctor Barajas, un exparacaidista que tras ser deportado a México fundó Deported Veterans Support House, calcula que son centenares.

“Nunca tuve idea de que los veteranos estaban siendo deportados hasta que me pasó a mí. Y empecé a investigar. Estoy seguro que hay miles de personas porque hemos documentado centenares de casos”, explicó Barajas a Efe durante el Festival Internacional de Cine de Toronto (TIFF), donde se ha estrenado “Ready for War”.

El filme, dirigido por Andrew Renzi, sigue la vida de Barajas en la ciudad fronteriza de Tijuana, donde está basada su organización, que ayuda a los veteranos deportados de Estados Unidos, mientras intenta convencer a las autoridades estadounidenses que se le conceda la nacionalidad.

En su investigación, Renzi descubre una grave consecuencia no deseada del celo de las autoridades estadounidenses por deshacerse de veteranos militares a los que considera indeseados: algunos de ellos están siendo utilizados por los carteles de la droga en su guerra sucia.

Renzi reconoció a Efe que la constatación de que los carteles de la droga están nutriéndose de exmilitares entrenados por los estadounidenses “cambió mucho” el planteamiento de la cinta.

“Lo que sí que puedo decir con satisfacción es que mi tesis nunca cambió: no importa dónde terminan estos hombres y mujeres, incluso si se unen a los carteles o cometen delitos. Deberían haber recibido la nacionalidad estadounidense cuando fueron dados de baja con honores”, declaró el director estadounidense.

Con las historias de Barajas, Miguel Pérez (un veterano de Chicago que combatió en Afganistán donde fue gravemente herido en el cerebro y que está bajo custodia a la espera de su deportación) y “el Vet”, otro exmilitar reclutado por los narcos, Renzi construye “Ready for War”.

Las cámaras de Renzi siguen a “el Vet” y sus hombres para documentar cómo la política de deportaciones está contribuyendo a la violencia que ha acabado con la vida de decenas de miles de mexicanos en los últimos años.

Y aunque el director se negó a filmar los ataques de “el Vet” contra sus rivales, el exmilitar facilitó a Renzi vídeos de los asaltos, incluidas torturas y asesinatos a sangre fría.

Renzi incluye parte de esas imágenes extremas en “Ready for War” y reconoce que fue uno de los mayores dilemas morales a los que tuvo que enfrentarse durante el rodaje.

“Probablemente fue lo más difícil en todo el proceso. Siempre quise asegurarme de que lo que mostrase del cartel no podía oscurecer el mensaje general de la película”, indicó.

“Pero quería que el público entendiese los extremos que existen y era importante mostrar el lugar en que ‘el Vet’ terminó. Al ver la película en Toronto la primera vez parece que lo conseguí. Solo vi a una persona abandonar el . Durante meses he tenido muchos cambios de edición simplemente por esto”, dijo.

Barajas, que fue deportado originalmente a hace 14 años y que ha pasado los últimos 10 años en Tijuana incapaz de cruzar la frontera, reconoce que hubo momentos en los que pensó en tirar la toalla.

“Los veteranos luchamos con ideas de suicidio y problemas mentales y tengo suerte de estar hoy aquí”, explicó sin querer dar más detalles.

Barajas, que sirvió como especialista en la famosa 82ª División Aerotransportada, responsabiliza a demócratas y republicanos de la situación de miles de veteranos que tras servir con honores en las fuerzas armadas son deportados de forma inmisericorde.

“Todos los partidos han tenido la posibilidad de arreglarlo. Incluso este presidente (Donald Trump) ha sido informado sobre la situación y no lo ha arreglado. A la mayoría de los políticos se les ha informado y no han hecho nada para solucionarlo”, lamentó.

La solución para Renzi no es complicada.

“Esto es algo que se nos ha escapado de las manos y solo se necesita una ley muy simple que señale que los veteranos que se dan de baja con honores son ciudadanos de forma automática”, reflexionó.