Edificio de la Reserva Federal de EE.UU.
Edificio de la Reserva Federal de EE.UU.

La Reserva Federal () se encamina a subir esta semana por segunda vez en el año las tasas de interés de y así quedar un paso adelante del avance de la inflación.

Una explosión de contrataciones en mayo derribó el desempleo a niveles casi similares a los de hace casi medio siglo, poco antes de una era de elevada inflación en la mayor economía del mundo.

Aun antes de los datos de mayo, cuando se crearon 223,000 puestos netos y la tasa de paro se convirtió en la menor en 18 años al quedar en 3.8%, miembros de la Fed ya habían señalado su disposición a dar un paso más hacia el endurecimiento de la política monetaria.

Con un desempleo tan bajo, las empresas aumentan los salarios ya sea para conseguir mano de obra que precisan o para evitar que sus trabajadores se vayan a donde le pagan mejor.

Inquietud por el desempleo

Todo eso se suma para incrementar las tasas de referencia de la Fed que incide en los créditos para autos, viviendas y todos los otros bienes.

La decisión sobre las tasas se tomará en la reunión de dos días del comité de política monetaria de la Fed (FOMC) que comenzará el martes.

En los mercados de futuros, se estimaba el viernes en un 90% la posibilidad de que las tasas suban en un cuarto de punto porcentual, lo que las dejaría en un rango de entre 1.75% y 2%.

"La Fed quiere enfriar el crecimiento del empleo para evitar una tasa de paro aún menor", dijo John Ryding, economista de la consultora RDQ Economics.

Hacia fines de año la desocupación podría caer a 3.5% por primera vez desde 1969, dijo, y llegaría a 3% a fines del 2019 y sería la menor desde setiembre de 1953.

Miembros de la Fed podrían cuestionar esa descripción por cuanto están centrados en lograr el pleno empleo y la estabilidad de precios.

Sin embargo, en la práctica, se muestran muy precavidos porque tasas de desempleo bajas tienden a elevar los salarios y, en consecuencia, los precios.

El 3.5% de desempleo de diciembre de 1969 fue seguido de un periodo muy oscuro para la economía estadounidense que incluyó la "gran" inflación de la década del 70. La inflación llegó entonces a superar el 10% en medio del shock petrolero de los 70 y la desocupación se disparó a 9%.

En la economía actual con los precios del crudo en alza, las rebajas de impuestos en Estados Unidos, un dólar debilitado y un generalizado crecimiento en la economía mundial, hay condiciones para un alza de los precios. Y todo eso, sin contar la guerra comercial que está en ciernes en el mundo.

El alza de las tasas interés de esta semana seguida de otra en setiembre, son dadas como seguras en los mercados de futuros.

¿Un salto de la inflación?

La posibilidad de una cuarta alza de tasas divide a los mercados pero muchos economistas la esperan.

Al tiempo de que ya dio señales de que subirá el miércoles los intereses, la Fed también dijo que su meta de inflación de 2% es "simétrica". Con eso quiso decir que no sería mayor problema que la inflación supere un poco esa meta por cuanto compensaría en algo lo baja que fue durante seis años.

Ryding y otros economistas también dicen que el vínculo entre desempleo y aumentos de precios no es tan ostensible como parece.

"Yo espero que tenga algo de impacto pero creo que se ha exagerado mucho", dijo Dean Baker, miembro del instituto Center for Economic and Policy Research.

Mientras la inflación aumentó luego de tasas de desempleo extremadamente bajas en la década del 60, cuando subió lo hizo progresivamente; no súbitamente.

Y la vida de los trabajadores es totalmente diferente a la de entonces; el colapso de la sindicalización, el menor poder de negociación salarial y el auge de la deslocalización de plantas industriales hacen que la escasez de trabajadores disponibles no incremente demasiado las remuneraciones.

Las actuales estimaciones de aumentos salariales, muestran que modestos incrementos, apenas por encima de la inflación, de manera que no se espera una aceleración de los precios.

La inflación subyacente, que excluye valores volátiles como energía o alimentos, medida por el índice PCE, se mantenía en 1.8% en abril, no más alta de lo que era en noviembre del 2016.

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