Una caravana de inmigrantes hondureños atraviesa México dirigiéndose a la frontera con Estados Unidos para ingresar a ese país. (Foto: AFP)
Una caravana de inmigrantes hondureños atraviesa México dirigiéndose a la frontera con Estados Unidos para ingresar a ese país. (Foto: AFP)

¿? Una semana después de las elecciones, la obsesión del presidente Donald Trump con una caravana de “matones” y terroristas en potencia empeñados en invadir Estados Unidos desde México parece haberse desvanecido.


Las caravanas de migrantes continúan su marcha _la más grande se encuentra a 1,600 kilómetros (1,000 millas) de la frontera_, pero Trump y buena parte de la prensa derechista han reducido drásticamente la frecuencia e intensidad de sus advertencias ahora que ya no sienten la urgencia de alentar a los votantes republicanos.


Trump y sus aliados en la prensa tienen otros intereses ahora: les preocupa la posibilidad de fraude en las elecciones en Florida.


En las oficinas presidenciales y la órbita de aliados de Trump existe la sensación de que la caravana fue una herramienta electoral útil, hasta el punto de convertirse en centro de una estrategia de último momento acorde con las promesas de campaña del 2016, de reprimir la inmigración ilegal, de acuerdo con cuatro funcionarios de la Casa Blanca y asesores externos no autorizados a hablar públicamente sobre conversaciones privadas.


Pero pasadas las elecciones, el presidente puso su atención en otros asuntos, dijeron las fuentes.


Durante las semanas anteriores al 6 de noviembre, la caravana dominó las noticias. Se cree que la más grande se formó en Honduras el 12 de octubre y apareció cuatro días después en un segmento del noticiero “Fox & Friends”, lo que provocó un tuit del fan más famoso del programa.


A medida que se acercaban las elecciones, Trump y sus aliados de derecha inundaban las ondas con su dura retórica y propuestas intransigentes tales como enviar soldados a la frontera, revocar el derecho de ciudadanía por nacimiento y un aviso publicitario con un latino condenado por la muerte de dos agentes de policía, ampliamente condenado por racista.


Pero la caravana era el tema preferido de Trump. En una serie de actos de campaña insistía en ello noche tras noche y, sin ofrecer la menor prueba, acusaba a los demócratas de apoyar e incluso financiar la marcha de los migrantes.


El 31 de octubre, tuiteó: “NO permitiremos que estas caravanas, integradas también por matones muy malos y pandilleros, entren a EE.UU. Nuestra frontera es sagrada, deben cruzarla legalmente. ¡VUÉLVANSE!”


Eso fue lo último que dijo sobre el tema. Preguntado sobre la caravana en una conferencia de prensa el miércoles pasado, dijo que “no estoy hablando sobre las caravanas ahora”.