(Foto: Bloomberg)
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Las profundas diferencias entre los republicanos de la Cámara de Representantes y del Senado de Estados Unidos pueden jugar un papel tan importante como las peleas del Partido Republicano con los demócratas en la manera en que se desarrollará la agenda legislativa cuando el Congreso vuelva en enero del receso de fin de año.

Los republicanos de la Cámara de Representantes, especialmente los conservadores, se han visto revitalizados por su capacidad para defender la reforma fiscal y limitar las exigencias de los demócratas -y del Senado- sobre la medida provisional de gasto que cerró el año y mantendrá al gobierno federal en funcionamiento hasta el 19 de enero.

Ahora que el plan tributario es ley, el presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, tiene como meta otro arraigado objetivo republicano: reformar los recursos de la red de seguridad, como la Asistencia Temporal para Familias Necesitadas y el Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria, el que se conoce popularmente como cupones de alimentos y bienestar y es utilizado por millones de estadounidenses pobres, discapacitados y ancianos. Ryan también habló el 6 de diciembre sobre reformar Medicare, al que llamó el "mayor derecho a ayuda social".

También está el Senado, donde los republicanos tendrán un margen extremadamente ajustado en 2018 y las reglas de la cámara otorgan a los demócratas en minoría una influencia significativa para frenar los procedimientos.

El líder de la mayoría del Senado, Mitch McConnell, reconociendo esa realidad, echó por tierra la idea de tratar de forzar legislación exclusivamente republicana.

Reunión política
"No hay mucho que se pueda hacer en el Senado en términos de partido con 52-48 o 51-49, que sería la cantidad que seríamos para el próximo año", dijo McConnell en una conferencia de prensa el 22 de diciembre. "No creo que la mayoría de nuestros colegas demócratas no quieran hacer nada y hay áreas en las que creo que podemos lograr un acuerdo bipartidista".

Los republicanos analizarán estas diferencias en un retiro en enero, tras lo cual se espera que anuncien su agenda parlamentaria para los meses previos a las elecciones legislativas de noviembre de 2018. Antes de eso, McConnell y Ryan se reunirán con el presidente Donald Trump en Camp David para definir las prioridades.

McConnell dice que su agenda para principios de 2018 estará dominada por una iniciativa para forjar un acuerdo amplio sobre el gasto del gobierno para el resto del año fiscal; una medida bipartidista que flexibiliza la normativa bancaria en virtud de la ley Dodd-Frank para instituciones más pequeñas; y una reforma migratoria si las negociaciones entre republicanos y demócratas pueden llegar a un acuerdo.

El senador casi rechazó la idea de otro intento de derogar el programa Obamacare o de emprender una reforma de los programas de bienestar o los llamados programas de prestaciones como Medicare.

McConnell dijo que tales intentos solo pueden tener éxito cuando ambos partidos acuerdan las condiciones, por ejemplo, como en el caso de los cambios al sistema de seguridad social realizados en el gobierno del presidente Ronald Reagan.

Programas populares
"La única forma en que estaría dispuesto a proceder con la reforma de prestaciones -supongo que eso es un eufemismo para cosas como la seguridad social y Medicare- sería si hubiera apoyo demócrata", dijo McConnell a diario The Wall Street Journal.Esto sugiere que McConnell reconoce cuán difícil sería lograr que 51 senadores acuerden cambios a los programas, como los cupones de alimentos, que ayudan a las personas y familias que enfrentan dificultades, y mucho menos la seguridad social, que paga beneficios a millones de trabajadores jubilados y sus cargas, así como a millones más de trabajadores discapacitados y otros.

Eso significa que los republicanos podrían necesitar ayuda de los demócratas, incluso en proyectos de ley que avanzan a través del proceso de conciliación presupuestaria hacia la aprobación de vía rápida solo con una mayoría simple. Es probable que las medidas más polémicas enfrenten la obstrucción de los demócratas.

Ryan, por otro lado, y muchos de los republicanos de la Cámara de Representantes, consideran que reformar los programas sociales es el próximo paso fundamental después de que reformularon el código tributario de EE.UU., que se prevé reducirá unos US$ 1.5 billones de los ingresos tributarios federales durante la próxima década.

Ryan sostiene que tanto reformar los programas de ayuda social como aumentar el crecimiento económico mediante la reducción de impuestos son medidas necesarias para pagar la deuda federal.

"Volveremos a reformar estos programas de ayuda social", dijo Ryan la semana pasada a Martha MacCallum, de Fox News. "Vamos a abordar la reforma de bienestar, que es otro gran programa de ayuda social, donde básicamente le pagamos a la gente, a personas sanas, por no trabajar".

Como candidato, Trump prometió en repetidas ocasiones que no recortaría Medicare, que proporciona seguro de salud para estadounidenses mayores, o la seguridad social. Sin embargo, otros programas de la red de seguridad pueden ser un blanco.

El presidente dijo en noviembre que estaban "analizando muy bien la reforma de bienestar y todo tendrá lugar justo después de los impuestos". Y Ryan dijo que los republicanos le están dando una buena impresión a Trump en lo que respecta a la reforma de Medicare.

Los gastos obligatorios, es decir, fondos no asignados por el Congreso, en programas como la seguridad social, Medicare y Medicaid representan más de la mitad de los desembolsos del gobierno de EE.UU.

Limitar el gasto
En la Cámara de Representantes, la líder de la minoría, Nancy Pelosi, ha dejado en claro que no planea ayudar a los republicanos a buscar ahorros en esas áreas. Pelosi rechazó fuertemente el argumento fiscal de los republicanos de usar los ingresos perdidos por sus enormes recortes de impuestos como excusa para reducir el alcance del gobierno.

"Esto es parte del sistema de valores que tienen los republicanos de limitar el gasto mediante la reducción de los impuestos", dijo Pelosi el 21 de diciembre. "No creen en el gobierno, por lo que cualquier papel del sector público en la salud y el bienestar del pueblo estadounidense está en su lista de objetivos".

Las divisiones ideológicas son aún más complicadas cuando se trata de la inmigración, uno de los primeros temas que el Congreso debe abordar cuando regrese en el nuevo año.McConnell sostuvo el 20 de diciembre que se comprometería a presentar en enero una ley que combine protecciones a la deportación para 800,000 jóvenes inmigrantes indocumentados con un paquete de seguridad fronteriza.

Sin embargo, eso depende de que las negociaciones bipartidistas den lugar a un acuerdo "que pueda ser ampliamente apoyado por ambos partidos políticos y promulgarse como ley".

Protecciones para los inmigrantes ’soñadores’
Ryan no se ha comprometido con este cronograma. Dirige una cámara donde los conservadores se negarán a las protecciones a la deportación si incluyen un camino hacia la ciudadanía para los llamados inmigrantes "soñadores", lo que parece probable en el Senado.

Algunos republicanos de la Cámara de Representantes también quieren cambios más conservadores a la ley de inmigración que lo cualquier acuerdo del Senado pudiera lograr.

Aunque Ryan ha dicho que quiere proporcionar algún tipo de certeza legal para los inmigrantes que estaban protegidos por el programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA, por sus siglas en inglés) de Obama, ha desestimado cualquier sentido de urgencia, diciendo que necesita saber dónde se encuentra su propio discurso sobre este problema antes de que pueda negociar con el otro lado. Trump extendió las protecciones hasta comienzos de la primavera.

"¿Debemos tener una resolución de DACA? Sí, debemos tenerla", dijo Ryan a la prensa en noviembre. "La fecha límite es marzo, por lo que yo entiendo. Tenemos otros plazos antes de eso, como los plazos del año fiscal y los plazos presupuestarios".