Después de que pasen las restricciones por el COVID-19 y vuelva cierta normalidad, Daniel Humm sabe que seguirá cocinando no sólo para el 1% sino también para quienes enfrentan la pobreza extrema.
Después de que pasen las restricciones por el COVID-19 y vuelva cierta normalidad, Daniel Humm sabe que seguirá cocinando no sólo para el 1% sino también para quienes enfrentan la pobreza extrema.

El chef Daniel Humm, de Eleven Madison Park, acostumbrado a que le paguen por elegantes cenas con tarjetas exclusivas, dice que su mayor recompensa durante la crisis del COVID-19 son las sonrisas agradecidas de los neoyorquinos pobres alimentados por el restaurante de tres estrellas Michelin que se transformó en una cocina a beneficio.

Los cocineros del lugar de Manhattan, que fue nombrado por la Academia de Mejores 50 Restaurantes mundiales, están preparando 3,000 comidas diarias para los trabajadores de primera línea y los pobres de Nueva York, en su mayoría distribuidas en una iglesia de Harlem.

“El otro día hubo una persona que dijo: ‘Oh, mi Dios, ésta es la mejor comida que he tenido’”, dijo Humm, parado dentro de su restaurante vacío y oscuro, que debió cerrar a mediados de marzo por la pandemia del .

Trabajando junto al organismo no gubernamental basado en Rethink Food, que transforma las sobras de los restaurantes en platos para los más pobres, Humm y su equipo produjeron unas 90,000 comidas semanales para los necesitados durante la pandemia.

"Cuando esta crisis comenzó a pasar y tuvimos que apagar las luces por un minuto, entramos un poco en shock como todos los demás", dijo Humm. "Pero luego, bastante rápido, sentimos que queríamos ayudar de la manera en que pudiéramos", agregó.

Sin manteles ni clientes ricos, el restaurante luce solitario en comparación con la actividad en la cocina, donde se preparan comidas que se distribuyen en iglesias, comedores, centros comunitarios y proyectos de vivienda.

transformó la cocina en un lugar donde preparar comidas a partir de donaciones privadas y de US$ 250,000 donados por American Express, todo gestionado a través de Rethink Food.

Después de que pasen las restricciones por el COVID-19 y vuelva cierta normalidad, Humm sabe que seguirá cocinando no sólo para el 1% sino también para quienes enfrentan la pobreza extrema.

“La comida es mágica, es tan poderosa”, dijo. “Quiero decir, hay muy pocas cosas en el mundo que tocan a todos”, agregó.