La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, da una conferencia de prensa el 24 de marzo de 2021. (Foto de Virginia Mayo / POOL / AFP).
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, da una conferencia de prensa el 24 de marzo de 2021. (Foto de Virginia Mayo / POOL / AFP).

La Comisión Europea reaccionó con cautela al apoyo a la liberalización de las patentes de vacunas contra el coronavirus anunciado por Estados Unidos, un país que tiene más ciudadanos vacunados pero que apenas exporta fármacos al resto del mundo, al contrario que una Unión Europea (UE) que presume de liderazgo solidario.

La UE está a la vanguardia de las entregas de vacunas eficaces al resto del mundo: ¡hasta ahora, más de 200 millones de dosis! Tanto como se han entregado a los europeos”, publicó en Twitter la presidenta del Ejecutivo Comunitario, Ursula Von der Leyen, quien agregó que Bruselas está dispuesta a debatir esa y otras propuestas.

Pero a “corto plazo”, Von der Leyen llamó “a todos los países productores de vacunas para que permitan la exportación de inmediato y eviten medidas que interrumpan las cadenas de suministro”, en una referencia velada a las casi inexistentes entregas de dosis de Estados Unidos a otros países.

Fuentes europeas explicaron que una liberalización de patentes tardaría al menos dos años en hacerse efectiva a través de la Organización Mundial del Comercio (OMC), y apuntaron que los grandes beneficiados serían dos grandes potencias como China e India, ya que se aprovecharían de la tecnología “revolucionaria” del ARN mensajero (ARNm), que supone una “ventaja competitiva” que hay que “preservar”.

La maniobra de la Administración Biden, en la que subyace una lucha por el relato entre grandes potencias, ha pillado por sorpresa a la UE.

Washington no avisó de antemano a Bruselas, según se deducía de la elusiva respuesta que ofreció y reiteró en rueda de prensa la viceportavoz de la Comisión Europea, Dana Spinant (“No tengo constancia”, dijo) y confirmaron después las citadas fuentes comunitarias.

En todo caso, las fuentes mantienen que liberalizar las patentes no es la “varita mágica” que resuelva el problema, sino que es necesario aumentar las donaciones de dosis, reducir las restricciones a la exportación y aumentar la producción mundial.

Bruselas ha facilitado datos -parciales- sobre entregas a terceros países de vacunas producidas en la UE por empresas como Pfizer-BionTech, Moderna, AstraZeneca o Janssen.

El desglose de los datos ofrecidos muestra que el grueso no ha ido destinado a países pobres: entre el 30 de enero y el 3 de mayo, la UE autorizó la exportación de 178 millones de dosis a 45 países. Los destinos conocidos, el 82% del total, corresponden a Japón, Reino Unido, Canadá, México, Arabia Saudí, Turquía, Suiza, Singapur, Colombia y Corea del Sur.

Los veintisiete Estados miembros de la UE y asociados como Andorra o Islandia han recibido entre tanto 190′619,971 millones de dosis, según el último recuento del Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC), mientras que Washington ha tenido prácticamente secuestrada su producción y ha administrado unas 250 millones de dosis a sus ciudadanos.

Además, la UE y sus Estados miembros han destinado US$ 2,470 millones a la plataforma internacional de vacunas COVAX, mientras que Biden ha anunciado que Estados Unidos elevará su contribución a US$ 4,000 millones.

Patentes en el debate europeo

Desde que los científicos empezaron a buscar la vacuna contra el COVID-19, la liberalización de patentes ha sido parte del debate, alentada por organizaciones humanitarias y países en desarrollo. Hasta ahora, la Comisión se había mostrado contraria a esa medida.

El anuncio de Washington, que no es una decisión en firme pero que ha llevado a las farmacéuticas a caer en Bolsa, no ha gustado a la industria de las medicinas. La Federación Internacional de Fabricantes y Asociaciones Farmacéuticas lo ha calificado “decepcionante” y aboga por otras medidas, como “la eliminación de barreras comerciales o de cuellos de botella en el suministro de materias primas”.

Sí le ha gustado, en cambio, al director general de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom Ghebreyesus, quien lo ha celebrado a través de las redes sociales tildando de “decisión histórica” el anuncio de la Administración de Joe Biden, sucesor de un Donald Trump que anunció la suspensión de la financiación a la OMS.

Por ahora, las reacciones de las capitales al anuncio de Washington escasean, con la excepción del mensaje trasladado por el ministro italiano de Sanidad, Roberto Speranza, quien ha señalado que “el avance de Biden sobre el acceso libre a las patentes de vacunas para todos es un importante paso adelante”.

Los líderes de las instituciones y los países de la UE abordarán el asunto en la cumbre informal que se celebrará este viernes y sábado en Oporto, foro que dedicará una parte de la agenda a la relación entre la UE y la India, país que actualmente es el epicentro mundial del COVID-19.

Las patentes no estaban en la agenda, pero el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, ha dicho este jueves en Twitter que sí formará parte del menú político de la cita portuguesa.