© Reuters/Brian Snyder FOTO DE ARCHIVO: La gobernadora de la Reserva Federal, Lael Brainard, habla en la Escuela de Gobierno John F. Kennedy de la Universidad de Harvard en Cambridge, Massachusetts, Estados Unidos.
© Reuters/Brian Snyder FOTO DE ARCHIVO: La gobernadora de la Reserva Federal, Lael Brainard, habla en la Escuela de Gobierno John F. Kennedy de la Universidad de Harvard en Cambridge, Massachusetts, Estados Unidos.

Las autoridades de la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos, enfrentadas a un posible brote de inflación esta primavera boreal en una economía impulsada por las vacunas y el gasto fiscal, dijeron que mantendrán sus planes de dinero barato con la esperanza de acelerar la vuelta al trabajo de los estadounidenses.

Un reciente aumento en los rendimientos de los bonos del Tesoro parecía mostrar que los inversores apuestan a que la Fed actuará antes de lo esperado para endurecer la política monetaria a medida que la recuperación gana fuerza y la vida vuelve a la normalidad.

Pero “estamos lejos de alcanzar nuestros objetivos”, dijo la gobernadora de la Fed, Lael Brainard, al señalar la larga lista de formas, desde 10 millones de puestos de trabajo perdidos hasta la caída relacionada con la pandemia en la participación de las mujeres en la fuerza laboral.

La inflación también marcha por debajo del objetivo de 2% y, según el nuevo marco del banco central, las autoridades quieren que esté en camino de realmente superar ese nivel “durante algún tiempo” antes de tomar cualquier medida para frenarla.

Por todas esas razones... tenemos bastante terreno que cubrir”, antes de subir la tasa objetivo de fondos federales desde su nivel actual cercano a cero, dijo Brainard en comentarios al Consejo de Relaciones Exteriores. “Es apropiado ser pacientes... Nuestra declaración proporciona guías muy claras”.

Nuestra virtud más importante será la paciencia”, dijo la presidenta de la Fed de San Francisco, Mary Daly, en declaraciones preparadas para ser entregadas al Economic Club de Nueva York. “Necesitaremos reevaluar continuamente de lo que es capaz el mercado laboral y evitar un endurecimiento preventivo de la política monetaria antes de que millones de estadounidenses tengan la oportunidad de beneficiarse”.

El optimismo sobre una fuerte caída en las infecciones por COVID-19 desde enero, la aprobación de Estados Unidos de una tercera vacuna contra el virus y el progreso hacia la aprobación de un paquete de ayuda de US$ 1.9 billones en el Congreso han llevado a muchos economistas de Wall Street a actualizar sus expectativas de crecimiento económico para este año.

Eso, a su vez, ha hecho sonar las alarmas sobre la posibilidad de un aumento de la inflación que obligaría a la Fed a controlarla con alzas de tasas utilizadas para frenar la inversión y el gasto.

Pero incluso cuando el panorama ha mejorado y las especulaciones sobre la inflación han aumentado, las autoridades de la Fed han respondido con un mensaje uniforme: el golpe a la economía de la pandemia fue tan profundo y los riesgos de una recuperación incompleta tan grandes que mantendrán su política monetaria en modo de rescate hasta que se hayan logrado avances sustanciales.

Nuestra función de reacción ha cambiado”, dijo Brainard, empleando una frase técnica que se refiere al conjunto de acontecimientos económicos que desencadenan una respuesta del organismo. Si en el pasado las preocupaciones sobre la inflación podían hacer que la Fed frenara una recuperación, el objetivo ahora es lo contrario: permitir cierto riesgo de inflación con la esperanza de que más personas regresen al empleo.

Buscaré el progreso realizado hacia nuestras metas de empleo e inflación. Buscaré indicadores que muestren que el progreso en el empleo tiene una base amplia”, manifestó.

El endurecimiento de la política monetaria antes de que esas ganancias laborales se bloqueen “arriesga una pérdida injustificada de oportunidades para muchos de los estadounidenses más vulnerables económicamente”.