Bill Gates, de 64 años, se encuentra ahora en la extraña posición de tener que confiar en las empresas que trabajan en los tratamientos y vacunas contra el COVID-19, no en la agencia que los regula.
Bill Gates, de 64 años, se encuentra ahora en la extraña posición de tener que confiar en las empresas que trabajan en los tratamientos y vacunas contra el COVID-19, no en la agencia que los regula.

Bill Gates solía pensar en la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU. (FDA, por sus siglas en inglés) como la principal autoridad de salud pública del mundo.