Mientras equilibra las diversas demandas de quienes lo llevaron al cargo, Biden puede querer estampar su propio sello en la Fed cuando acabe el mandato de Powell en febrero del 2022. (Foto: ANGELA  WEISS / AFP).
Mientras equilibra las diversas demandas de quienes lo llevaron al cargo, Biden puede querer estampar su propio sello en la Fed cuando acabe el mandato de Powell en febrero del 2022. (Foto: ANGELA WEISS / AFP).

La política monetaria de Estados Unidos no será una preocupación primordial para el presidente electo, ya que el arsenal económico de la Reserva Federal () ya está desplegado contra la recesión en curso y las decisiones sobre el gasto federal son más urgentes para la próxima administración.

No obstante, durante su primer año en el cargo, tendrá que decidir qué huella quiere dejar en el banco central y, sobre todo, si el impulso de este año del presidente de la , Jerome Powell, para reenfocarse en el crecimiento del empleo, ha ganado suficiente credibilidad entre los demócratas para ser reelegido.

Entre las consideraciones que deberá sopesar el presidente demócrata se encuentran los llamados de los progresistas para que haya un cambio más amplio en la Fed, dado que la plataforma del partido incluía reformas para hacer que la institución esté más atenta a asuntos como la desigualdad racial en la riqueza y si Powell es la persona adecuada para abordar esto.

La oposición a Powell también puede surgir de aquellos que quieren una regulación financiera más estricta. La senadora demócrata Elizabeth Warren, una voz clave ahora en cuestiones de regulación financiera, se opuso a su nominación en el 2018.

Mientras equilibra las diversas demandas de quienes lo llevaron al cargo, Biden puede querer estampar su propio sello en la Fed cuando acabe el mandato de Powell en febrero del 2022, dijo Vincent Reinhart, un exfuncionario de la Fed que ahora es economista jefe en Mellon, destacando el amplio grupo de expertos en política económica de los demócratas.

Entre ellos, la actual gobernadora de la Fed, Lael Brainard, ha sido mencionada como un posible reemplazo de Powell o la próxima secretaria del Tesoro.

Asimismo, el jefe de la Fed de Atlanta, Raphael Bostic, el primer negro en dirigir una sucursal regional de la entidad, se ha convertido en una voz influyente sobre equidad económica y durante los años de Biden como vicepresidente fue secretario adjunto del Departamento de Vivienda y Desarrollo Urbano.

Nominado de menor resistencia

Sin embargo, Powell no se quedará sin fortalezas cuando surja el tema de su futuro. Ha sido una mano firme en el banco central que no solo gestionó una respuesta contundente de la Fed a la pandemia de coronavirus, sino que sobrevivió a una relación tumultuosa con el presidente republicano Donald Trump, en parte al generar apoyo entre demócratas y republicanos en el Congreso.

Si los republicanos mantienen el control del Senado, y por tanto, de la confirmación de las personas designadas por Biden, esas alianzas podrían ser una ventaja para Powell, un republicano de 67 años cortado con el mismo perfil bipartidista moderado del presidente electo y bien conocido en el Washington institucional. Dos elecciones de desempate en Georgia en enero determinarán qué partido controla el Senado.

Powell “sería el nominado de menor resistencia” si los republicanos mantienen el control del Senado, escribió recientemente Roberto Perli, analista de Cornerstone Macro.

Incluso más allá de esa dinámica, Powell ha ejecutado la que podría considerarse como una de las reformas más importantes de la política monetaria de Estados Unidos desde que el exjefe de la Fed Paul Volcker redirigió al banco central a fines de los años 70 y principios de los 80 para combatir la inflación. En el caso de Powell, implicó reformular a la Fed como promotora de empleo primero y luchadora contra la inflación después.

El lanzamiento del nuevo marco de la Fed recibió elogios de economistas progresistas, dirigentes sindicales y otros durante el verano boreal, incluido el principal asesor económico de Biden, Jared Bernstein, quien calificó el nuevo enfoque como “música para mis oídos”.

Nombramientos de vicepresidentes

El mandato de los dos vicepresidentes de la Fed, Richard Clarida y Randal Quarles, también expirarán durante el primer año de Biden.

Clarida es un economista respetado que gestionó el cambio de política de la Fed durante una revisión de casi dos años. Quarles puede ser el menos probable para que se le pida quedarse si la administración de Biden apuesta por la supervisión más estricta que buscan Warren y otros.

Trump tiene pendientes ante el Senado dos nombramientos para la junta de gobernadores de la Fed -compuesta por siete miembros-, pero no está claro si serán confirmados antes de enero, cuando tome posesión un nuevo Congreso. Si no lo hace, Biden también tendría que llenar esas vacantes.

Más allá del personal, Biden deberá decidir si y cómo hace que la Fed incorpore en su análisis criterios como el patrimonio y el empleo a nivel racial, algo hacia lo que Powell y colegas como Bostic ya han avanzado por su cuenta.